Detalló que, en una reunión con Ángel Acebes y Pío García Escudero "yo ya dije: 'Pío, ya verás como lo quiere es todo el poder, la secretaría general, mínimo'. Y si yo hubiera aceptado, luego habría querido el 50% de los puestos de la ejecutiva. Pero esto es un proceso de negociación precongresual y los militantes deben saber que (...) aquí no hay ninguna crisis", concluyó. Reconoció que "esto suele pasar en los procesos precongresuales para tratar de lograr mayor poder en las organizaciones; en este caso -puntualizó- se ha hecho en la organización política de Madrid, qué duda cabe que tiene transcendencia nacional".
Aguirre aseguró que "lo que quiero es que la organización salga renovada de este congreso, y que sirva para que ganemos más ayuntamientos, pero sobre todo para llevar a Mariano Rajoy a La Moncloa en el año 2008". La presidenta de la Comunidad de Madrid admitió que podía haberse equivocado al no aceptar una candidatura única, pero opinó que su obligación era "dar participación y papel a los muchísimos alcaldes, apoderados, interventores que hay en Madrid, que tienen que tener su espacio".
El miércoles por la noche, Esperanza Aguirre y su vicepresidente Ignacio González cenaron con Ruiz Gallardón y el vicealcalde Manuel Cobo. Se trataba de cerrar un acuerdo para presentar una candidatura única a la presidencia del PP madrileño. Sin embargo, las exigencias de Gallardón –incluida la de que Cobo fuera el próximo secretario general– impidieron el consenso.
Manuel Cobo, mano derecha de Gallardón, quiso presentar su candidatura como una respuesta al "desprecio" que, según él, había sufrido el hasta ahora presidente del PP madrileño, Pío García Escudero, por parte del equipo de Esperanza Aguirre. El propio alcalde de Madrid, que irá en la lista de Cobo, repitió argumento. Sin embargo, García Escudero, lejos de mostrar su apoyo a la candidatura de Cobo, ha exigido que "haya una única candidatura de unidad e integración". Lo mismo opina Javier Arenas, presidente del Comité electoral del partido.