Lo hizo desde el atril de intervenciones y en un tono que recordaba más a un mitin que a la inauguración de un tramo de autovía. El objetivo de la bronca fueron el consejero de infraestructuras de la de la Xunta de Galicia, Agustín Hernández, y José María Aznar.
Blanco estaba furioso porque en su intervención, el Consejero dijera que la obra en cuestión "no debe estar en permanente estado de postergación" y apuntara que la A-8 está toda en servicio en el País Vasco, en Cantabria la mayor parte está operativa y los asturianos "ya pueden circular por las tres cuartas partes de su recorrido", mientras que Galicia completa ahora la mitad de su itinerario. También lamentó que "aún no se hayan acabado de fijar con suficientes garantías los plazos para que las obras que faltan sean una realidad".
Fue entonces cuando el ministro aprovechó su turno de palabra para arremeter contra el consejero. Le pidió "responsabilidad y lealtad", pero enseguida endureció el tono para espetarle: "Me parece, consejero, de mal gusto venir a un acto invitado y utilizar el atril para no hablar de tu responsabilidad y hablar de las cosas que hacemos los demás".
Estas discrepancias públicas entre ambos se registraron en el acto de apertura de los tramos Abadín-Castromaior-Touzas, diez nuevos kilómetros en los que se han invertido 56 millones de euros.
Pero Blanco no se quedó ahí. También tuvo para su objetivo preferido al expresidente del Gobierno: "Lo único que hizo en la provincia de Lugo fue poner una piedra, y para eso tuvo que alquilar un terreno de Abadín; si hubiera hecho algo más, esta autovía se habría acabado hace algún tiempo".
Fue luego cuando le pidió "lealtad, responsabilidad y rigor", por lo que, agregó, "tú has anunciado un recorte del 30 por ciento de las inversiones y yo he planificado un presupuesto para el año que viene en Galicia que es del 11,4 del PIB". "Yo- siguió- no he garantizado un 8 he ido al 11,4%, esos son hechos, querido conselleiro".
Antes de que comenzase el acto, un grupo de unos setenta transportistas que suministran a la mina de As Pontes, opuestas al decreto del carbón, intentó acercarse a la carpa en que Blanco iba a intervenir, si bien les fue impedido el paso y se quedaron en las inmediaciones.
Los concentrados portaban pancartas con el lema "Pepe, tú también eres gallego", "Nosotros también somos mineros", "Carbón para todos", "Los hijos de los gallegos también comen" o "Socialista soy, pero tonto, no".