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Desarticulada por tercera vez la cúpula batasuna desde el fin de la negociación

Con las detenciones producidas este martes, las Fuerzas de Seguridad han desarticulado hasta en tres ocasiones la cúpula de la ilegalizada Batasuna en poco más de dos años, concretamente desde la ruptura de las negociaciones políticas entre ETA y el Gobierno Zapatero.

Fue la noche del 4 de octubre de 2007 cuando agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a 23 miembros de Batasuna –16 de ellos integrantes de la dirección del partido–, por orden del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. Los arrestos se produjeron cuando éstos mantenían una reunión secreta en Segura (Guipúzcoa) para recomponer la Mesa Nacional de la organización, tras el arresto de los últimos dirigentes de la formación ilegalizada en los meses anteriores.

Estas operaciones se enmarcan en un proceso abierto hace siete años cuando  decretó, en agosto de 2002, la suspensión de actividades de Batasuna y el cierre de las sedes de la formación. Unos meses después de la suspensión, en marzo de 2003, el Tribunal Supremo decretó la ilegalización del partido político y en enero de 2005 Garzón ordenó el procesamiento de 36 responsables de la formación por integración en la organización terrorista ETA en lo que fue el primer gran golpe contra Batasuna.

Con las detenciones producidas este martes, las Fuerzas de Seguridad han desarticulado hasta en tres ocasiones la cúpula de la ilegalizada Batasuna en poco más de dos años, concretamente desde la ruptura de las negociaciones políticas entre ETA y el Gobierno.

Entre aquellos primeros procesados en 2005 se encontraban dirigentes tan representativos como Arnaldo Otegi, Juan María Olano, Juan José Petrikorena, Joseba Álvarez o Joseba Permarch. Así, entre la ruptura de la tregua y la operación de Segura, cuatro de los principales representantes de la formación ilegalizada, que hasta el momento se encontraban en libertad con medidas preventivas, en su mayor parte fianzas, regresaron a prisión. Se trata de Arnaldo Otegi; el portavoz de Gestoras Pro-Amnistía, Juan María Olano, Joseba Álvarez y la portavoz de Askatasuna Oihana Agirre.

Operación de Segura

Estas detenciones llevaron a la formación ilegalizada a convocar una asamblea para recomponer su Mesa Nacional, que fue reventada con la citada operación de Segura en la que fueron arrestados otros veteranos dirigentes como Joseba Permach, Rufino Etxeberria, Juan José Petrikorena o Juan Cruz Aldasoro. Meses después también fue arrestado Pernando Barrena, quien evitó ser detenido junto al resto por no acudir a la reunión de Segura.

Garzón basó el procesamiento de todos los dirigentes de la formación en la defensa de que Batasuna no sólo forma parte de la organización terrorista ETA como brazo político, "sino como una estructura más del complejo político-violento diseñado para conseguir una finalidad concreta a través de la subversión y la alteración de la paz pública, cual es la autodeterminación de la denominada Euskal Herria".

Ocho nuevas detenciones en enero

Batasuna, acostumbrada a moverse en la clandestinidad, trató de reconstruir de nuevo su Mesa Nacional hasta que, de nuevo, el pasado mes de enero fueron detenidas otras ocho personas en la comunidad vasca por su relación con la nueva dirección. La Policía asestaba otro golpe a Batasuna, avanzando además en la investigación de las candidaturas sospechosas de sucederla en las próximas elecciones vascas del 1 de marzo D3M y Askatasuna.

El origen de esta investigación se sitúa en la primavera de 2008, cuando la Policía detectó movimientos de individuos pertenecientes al entorno político de ETA que tenían por objeto reconstruir la dirección de Batasuna, disuelta a través de distintos golpes policiales y decisiones judiciales en el último trimestre de 2007.

La organización terrorista ETA habría aprovechado la detención de la Mesa Nacional que protagonizó el proceso de diálogo con el Gobierno para situar al frente de Batasuna a individuos afines a la actual línea de la dirección de la banda, contrarios a la negociación y partidarios de los atentados y el enfrentamiento total con el Estado.

Aunque con perfiles diferentes, todos los detectados desde la primavera de 2008 tenían en común un pasado en distintas organizaciones del MLNV, algunos habían sido detenidos por actos de terrorismo callejero, y eran, en su mayoría, menores de 40 años.

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