El pasado día 16, en su artículo titulado "El único camino", D. José García Domínguez nos vendía su "receta" o mejor, única solución posible -según él- a los problemas del separatismo Español. En concreto, su bálsamo de Fierabrás se llama federalismo en dosis de sí o sí. Además de lo anterior, entre otras afirmaciones -en mi opinión erróneas-, nos descubría que el "huevo de la serpiente" separatista habita en nuestra historia del siglo XIX -sin precisar el año-.
Viene esto a cuento de que la noticia del encabezado de hoy, nos descubre no ya dónde está el huevo, sino el "gen" del separatismo. Por lo que se ve, se transmite de padres a hijos en las provincias Vascas, y no digo país, porque también estoy en mi derecho de creer que este sea un concepto discutido y discutible, así que lo dejaremos en provincias.
Volviendo a nuestra historia, supongo que podríamos seguir la teoría dando pie a que algún investigador descubra cómo y porqué el gen del fundamentalismo Talibán se transmite preferentemente en la frontera Afgano-Pakistaní; el de la Cosa Nostra en Sicilia y el de la Camorra en Nápoles.
Sin embargo, aunque la genética esté de moda, ocurre que sin ser un experto en dicha ciencia, un servidor hizo el bachillerato antiguo y no se cree tales paparruchas -por más que resulten en un titular muy vistoso-. Porque de creerlo, habría que concluir que ciertos Vascos son realmente diferentes al resto de los humanos mortales y tengo la sensación de que más o menos, todos estamos hechos de la misma pasta, o de la misma mala leche que habría dicho mi abuelo (refiriéndose a los Españoles, habría añadido que tenemos más leches que el queso de bola).
Lo que sí está descubierto desde antes de la genética es el poder de la educación, y es ahí donde residen el huevo de la serpiente; el gen de los fanatismos y el meollo del problema. Por supuesto, no estoy descubriendo la pólvora sin humo ni el agua hervida, esto ya se sabe de antiguo. Quizás fuese la Compañía de Jesús la que primero lo articuló en forma de postulado, aunque mi abuelo tenía su peculiar receta: "el arbolito desde chiquito".
El anterior principio mucho más sencillo que la teoría genética y además presenta la ventaja de su universalidad. Es decir, explica todos los casos; tanto el del movimiento Etarra, como el Talibán; el Mafioso; el Camorrista o cualquier otro caso que quieran figurarse (recordemos a este respecto, que simplicidad y universalidad, son condiciones fundamentales -casi diría suficientes- para afirmar que una teoría es correcta).
Ciñéndonos a nuestros problemas nacionalistas, Vasco, Catalán y en menor medida, Gallego, el asunto es que la educación se ha dejado en manos de las autonomías y ya tenemos toda una generación de jóvenes que han sido inoculados con el virus desde su más tierna infancia. Como siempre, los Españoles somos bobos como para poner tienda, y en ningún país del mundo se habría consentido semejante barbaridad. Por ponerles un ejemplo. ¿Se figuran que en alguna escuela Norteamericana se podría dar una clase de primaria en la que no se enseñe la misma constitución, o que las 50 estrellas y las 13 franjas de su bandera no significaran exactamente lo mismo en California que en Massachusetts o Indiana?
En realidad, no estoy muy seguro de que el asunto tenga vuelta atrás, máxime cuando según nos informan, al Sr. Rajoy le parece que las autonomías resultan muy útiles para España. De forma que previsiblemente, cuando finalmente se nos muera el país y se haya convertido en los Juegos Reunidos Geyper, surgirán sesudos expertos y politólogos que nos explicarán que lo nuestro era un asunto congénito e irreversible resultado de una malformación genética y bla, bla, bla.
En fin, ya termino de abusar de la paciencia del lector, así que en lugar de seguir cansándoles con mis teorías, me despido de ustedes ejerciendo mi derecho a discrepar: mi pronóstico es que el enfermo morirá de estupidez congénita.
Totalmente de acuerdo alterego, a grandes males grandes remedios....
Quizás hay que fijarse en los "valores" y "principios" mamados en casa, desde pequeños.
Aunque tengan cuatro añitos, si en casa se habla de violencia, de terror, de rencor, de odio, eso será lo que aprendan.
Todos los libros de Historia no pueden hacer nada contra eso. No digamos ya si lo que se enseña en la escuela es similar a lo que les enseñaron sus padres. Siempre preferirán la pistola y la goma-2 a los libros.
Pues hay una solución a esto.