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El sanguinario etarra Parot aconsejó a ETA "arrasar un edificio grande" para forzar la negociación

Hace casi un año que el etarra Henri Parot, que acumula 4.800 años de cárcel, fue procesado por nuevos delitos de pertenencia a ETA y conspiración para el asesinato. La decisión la adoptó el juez Grande Marlaska, que sustituía a Garzón, a raíz de una carta escrita en la cárcel por el sanguinario terrorista en 2001. En la misiva proponía nuevos atentados, se preguntaba por qué la banda no había "volado todavía" la Audiencia Nacional y animaba a "arrasar un edificio grande". "Estoy convencido de que si hacéis eso se sentarán a negociar", sostenía el condenado por, entre otros atentados, la matanza contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza. Once personas fueron asesinadas, entre ellas, cinco niños.  

Hace casi un año que el etarra Henri Parot, que acumula 4.800 años de cárcel, fue procesado por nuevos delitos de pertenencia a ETA y conspiración para el asesinato. La decisión la adoptó el juez Grande Marlaska, que sustituía a Garzón, a raíz de una carta escrita en la cárcel por el sanguinario terrorista en 2001. En la misiva proponía nuevos atentados, se preguntaba por qué la banda no había "volado todavía" la Audiencia Nacional y animaba a "arrasar un edificio grande". "Estoy convencido de que si hacéis eso se sentarán a negociar", sostenía el condenado por, entre otros atentados, la matanza contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza. Once personas fueron asesinadas, entre ellas, cinco niños.  
(Libertad Digital) La carta que Henri Parot firmaba como Unai, como es conocido entre los etarras, fue intervenida a la dirección terrorista en septiembre de 2002. Había sido escrita un año antes y sirvió al juez Fernando Grande Marlaska para procesar por nuevos delitos terroristas a uno de los más sanguinarios etarras. En esa carta, Parot proponía más objetivos terroristas y métodos de huida. Además, aconsejaba la adquisición de "explosivos rompedores (militares)" y llegaba a preguntarse cómo no se ha volado todavía la Audiencia Nacional o el Ministerio del Interior.
 
Esos eran sus objetivos inminentes antes de ser detenido en Sevilla en 1990 con cerca de 300 kilos de explosivos en su coche. "Nuestros objetivos ya preparados era (sic) después el Ministerio del Interior de Madrid y la Audiencia Nacional (no entiendo cómo no lo hemos volado ya)".
 
En la carta, el sanguinario terrorista marca otros objetivos para sus compañeros de la banda asesina. Antes se regodea de que en 1985 puso, junto con otro etarra, "tres coches bombas seguidos la misma noche en Madrid contra tres ministerios seguidos sin ningún tipo de problemas, sin casi preparación". Después propone "objetivos más vitales" para "dar en el corazón" y cita el Banco de España y las Bolsas de Madrid y Barcelona. Las consecuencias favorables para ETA, sostiene, no tardarían en llegar: Estoy convencido que si hacéis eso se sentarían a negociar, en el 88 se sentaron después que volamos el cuartel de Zaragoza. Es la única vía: o les hacéis daños vitales, en la cabeza/corazón, o no hay nada que hacer".
 
"Explosivos rompedores para arrasar un edificio grande"
 
Para ello considera "muy importante conseguir explosivos rompedores (militares) como plástico y TNT, que con una carga de unos 100 kg. fácilmente disimulables en un zulo de coche (debajo del asiento trasero), se puede arrasar un edificio grande, que es lo que hay que hacer hoy ".
 
Por último, el recluso etarra propone a ETA secuestrar un helicóptero para sacarle de la prisión de Córdoba-Alcolea en la que se encontraba internado. En la carta incluía un plano de la cárcel.
 
La misiva que supone el nuevo procesamiento de Parot fue intervenida en septiembre de 2002 en la localidad francesa de Bergerac después de la detención de los dirigentes etarras Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica Goñi. Parot fue detenido el 4 de abril de 1990 en Santiponce (Sevilla) y su excarcelación estaba prevista para el año 2011, aunque el pasado 26 de abril la Audiencia Nacional rechazó acumular en una las 26 penas de prisión que le fueron impuestas por delitos cometidos entre 1978 y 1990 y acordó que cumpla dos penas consecutivas de 30 años de cárcel, lo que retrasaría su puesta en libertad hasta 2034. Además, el nuevo procesamiento de hace casi un año podría desembocar en una nueva condena, lo que aplazaría aún más su salida de prisión.

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