Durante los dos últimos años, el Ministerio de Defensa ha visto como su presupuesto caía un 12 por ciento y las restricciones serán mayores ante los nuevos recortes en los que trabaja el Gobierno. Por ello, los tres ejércitos trabajan en cómo poder mantener un mínimo de operatividad con cada vez menos dinero.
Este es el caso de la Armada, según cuenta el diario ABC. De hecho, podría vender algunos de los barcos básicamente porque con el presupuesto que hay no podrán mantener, reparar y modernizar su flota.
Desde el año 2009, la Armada está adelantando las bajas de los barcos más antiguos y la próxima estrategia pasa por intentar vender estos barcos a otros países como mercancia de segunda mano. Incluso tantean cederlos. El fin es ahorrar en mantenimiento o amarre.
Dos patrulleros, el "Dragonera" y el "Conejera", con 28 años de servicio, están en venta y se les busca un nuevo dueño. Ambos operan desde Huelva y Almería y realizan misiones de vigilancia o apoyan y controlan la flota pesquera, entre otras labores.
Además, las fragatas más antiguas, las F-80, están pasando por los pertinentes procesos de renovación tras más de 20 años a sus espaldas, y son trabajos costosos. También la entrega del que será buque insignia de la Armada, el Buque de Proyección Estratégica "Juan Carlos I", el mayor buque de guerra construido en España, coincide con la renovación que necesita el portaaviones Príncipe de Asturias.
Sin embargo, éste está en peligro por la falta de fondos. El objetivo de la Armada es que ambos buques puedan operar juntos durante varios años aunque no puedan operar a la vez por su alto coste.