Después de una semana en la que José María Aznar volvió a asomar a la arena pública con gran eco en los medios de comunicación, Mariano Rajoy ha querido recordar quién es el que manda en el Partido Popular. "Mi relación" con el ex presidente "es estupenda" pero "yo hago el programa", vino a decir el jefe de la oposición.
Un Programa Electoral que lleva tiempo diseñándose, y que tiene como gran coincidencia con el legado de Aznar los datos empleo que dejó en 2000, cuando había menos de un 10% de paro. O lo que es lo mismo, se crecía más que Alemania, Francia y Reino Unido juntos cuando ahora la aritmética es diametralmente opuesta.
La economía será pues el eje central del recetario popular. En su epígrafe estarán incluidos los anuncios estrella para la campaña electoral que se avecina, y hasta ahí llega la influencia del jefe de FAES. Porque, dicen en Génova, los mensajes demoledores de Aznar "gustan mucho al electorado de siempre" pero "hacen huir" al caladero de votos que ansia Rajoy; el del ambiguo centro político.
Rajoy no pudo ser más clarificador, en su entrevista en la cadena Ser: "Haré un partido para que lo puedan votar una mayoría de españoles, los que votaron al PP y los que votaron al PSOE", y todo ello lejos de la crispación y la división que, según dijo, el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha impregnado sus dos legislaturas.
"Concordia"
Un viaje al centro que incluye a Aznar como talismán contra la destrucción de empleo, si bien en la sede central de los populares admiten que escuchando al ex comandante en jefe "Rajoy siempre va a quedar en segundo plano". Y eso, añaden, que todo va viento en popa entre ellos en comparación a la primera mitad de la legislatura.
El equipo del líder del PP asegura que los principios y valores los tienen "muy claritos" a pesar de "las habladurías", pero ponen el énfasis en que lo que le importa ahora a la gente el cómo salir de la crisis. Por ello Rajoy, salvo cambios de última hora, no estará en la manifestación de víctimas del próximo sábado: "La época de las pancartas es historia", dicen en Génova, aunque esté "de corazón".
Por eso también rehuye posicionarse sobre las políticas sociales más conflictivas del Ejecutivo socialista: "Mi posición no está cerrada" sobre la Ley del Matrimonio Homosexual, afirmó. Sobre la norma del aborto fue más contundente: "La cambiaré y recuperaré la de Felipe González".
Lo que tiene que saber la sociedad, esgrime el equipo del jefe del PP, es que cuentan con un equipo preparado para gobernar hoy mismo si fuera necesario. "¡España no se merece esto!", exclamó Rajoy en un almuerzo-mitin con militantes y simpatizantes en Murcia.
"El Gobierno está agotado y ha llevado al desempleo y a la ruina a muchísimos españoles" y ahora "trata de prolongar su agonía para resolver los problemas internos de sucesión del PSOE", continuó el líder del PP, que fue muy aplaudido y recibido al grito de "presidente, presidente".
Un equipo preparado y unos amigos influyentes y solventes en el exterior, como lo son los principales presidentes de la Unión Europea. De hecho, Rajoy quiere reactivar su agenda exterior, relegada a participar en las reuniones de líderes del PPE en los últimos meses. Su primera cita será Berlín, el próximo lunes, para abordar con Ángela Merkel la crisis económica. Sin embargo, habrá más cumbres bilaterales en los próximos meses, según informó Jorge Moragas.