(Libertad Digital) Una vez más, la descarnada historia de la disidencia cubana llama la atención al asesino régimen de los Castro. El último en poner en evidencia al régimen castrista ha sido el propio dictador Raúl Castro, quien el pasado 28 de abril dijo, en un discurso, que la tortura no existía en la isla.
La respuesta no ha tardado en llegar. Jorge Luis García Pérez Antúnez, uno de los más destacados disidentes por la libertad en la isla, ha dirigido una carta a Raúl Castro en la que le recuerda "los miles y miles de seres humanos" a los que se les aplican "tratos crueles, inhumanos y degradantes; las abyectas condiciones de vida a que los someten". Torturas que "son un episodio cotidiano".
El propio Pérez Antúnez ha pasado 17 años en las prisiones cubanas. Antúnez salió de la cárcel hace algo más de un año (22 de abril de 2007) y decidió continuar dentro de la Isla, de donde no saldrá hasta que "Cuba sea liberada". Antúnez es hermano de Berta Antúnez, quien cuidó de él durante su estancia en prisión y que acaba de aterrizar en Miami, para continuar, desde el exilio, dando la batalla para lograr la libertad en Cuba. Entre otros sitios, desde el Directorio Democrático Cubano, uno de los centros de difusión de la problemática cubana más activos de Miami.
Antúnez es sobrino de Omar Pernet Hernández, uno de los presos políticos cubanos que canjeó la Dictadura a cambio de favores políticos el pasado febrero de 2007, cuando aterrizó en Madrid acompañado por otros tres exiliados, Alejandro González Raga, José Gabriel Ramón Castillo y Pedro Pablo Álvarez. Aquel día, en rueda de prensa ante los periodistas en Madrid, Omar Pernet Hernández proclamó que aquello no había sido una liberación sino una condena al exilio después de la cárcel y recordó que aún son muchos los cubanos inocentes que sufren torturas en las prisiones cubanas. En aquel momento, su sobrino Jorge Luis García Pérez Antúnez era uno de esos muchos cubanos que sufría torturas en la cárcel como preso político.
Omar Pernet Hernández llegó a Madrid en silla de ruedas porque sólo podía caminar con muletas. En prisión, le partieron de nuevo una pierna que tenía quebrada anteriormente por un accidente sufrido en un traslado entre dos prisiones. "Querían amputármela", aclaraó.
Como recuerda Pérez Antúnez en su carta a Castro, son muchos los ejemplos de torturas que se pueden rememorar. Son innumerables "los trabajos forzados, el uso indiscriminado de los paredones de fusilamiento, golpizas, y toda forma de maltratos físicos y síquicos contra prisioneros políticos y comunes, las tácticas habituales por parte de los carceleros cubanos así como la mala y negativa inatención medica como armas de presión y chantaje contra los opositores encarcelados".
Por estas razones, Antúnez pide respeto al dictador pese a que "no me place en absoluto hablarle a sordos y menos aún a quienes desconocen y rehúsan el lenguaje civilizado y el debate respetuoso".