(Libertad Digital) En la primera parte de la entrevista concedida a La Razón, José Luis Rodríguez Zapatero habla de economía, del PP, de los obispos y también de la negociación con ETA, punto en el que además de justificar el proceso "para salvar vidas", también aporta nuevas razones que, según él, explican que no admitiera los contactos con la banda terrorista tras la T-4.
El presidente del Gobierno afirma que la negociación "fue fruto de una circunstancia más que de un objetivo", y se excusa diciendo que "es una expectativa que todo Gobierno ha tenido en democracia". "Por supuesto, si puede lo intenta, lo consiga o no", añade.
Respecto al momento en que comenzó la negociación, admite que tuvo "sus dudas" sobre la posibilidad de que ETA dejara las armas. "Hay momentos en los que tuve una expectativa mayor que en otros", dice. Al principio, apunta, dicha expectativa era "bastante seria de que podría ser".
El presidente afirma que desde su puesto era una obligación intentar el "final de la violencia". "Cuando uno se sienta en esta silla y tiene la responsabilidad sobre 45 millones de personas, el primer sentimiento es salvar vidas y evitar la muerte de tus compatriotas", dice Zapatero.
En otro punto de la entrevista, el periodista le pregunta por sus reiteradas negativas a la pregunta de si hubo contactos tras la T-4. Zapatero responde que el proceso tuvo "la máxima transparencia", incluso más "que en cualquier otro". "Uno usa lógicamente la información de la que dispone, la estrategia que entiende oportuna y tiene que tener presente que enfrente hay un enemigo que utiliza tu información", indica antes de añadir que "ha tenido que soportar muchas mentiras".
Más adelante, insiste en justificar su mentira en que "hay circunstancias, secuencias y personas que han participado en el proceso de paz" y que debe "mantener en reserva". "Podríamos tener muchos elementos para poner sobre la mesa" pero "no lo debo hacer porque compromete a otros países". "Debo ser prudente, pero he sido sincero", insiste.
A su argumento, ya dado, de preservar la seguridad de los interlocutores añade otro motivo que justifica, a su parecer, su insistencia en negar los contactos que ahora reconoce: "Lo que es un poco absurdo es que contestara a una pregunta para perjudicarme". Responde así cuando el periodista le interroga sobre las preguntas del PP en el Congreso acerca de este asunto.
También habla de la verificación, que los hechos han terminado por demostrar falsa. "La verificación no se puede contrastar hasta que se consigue el final de una organización terrorista. Se puede verificar que están inactivos, que no han dado órdenes (…) pero una organización que tiene medios y resortes, hasta que no los hace desaparecer, puede decir una cosa hoy y otra mañana", dice Zapatero. Según el presidente, hicieron "de la verificación un planteamiento que, en un proceso de este tipo, siempre puede llevar a cierta confusión".
Además, Zapatero alude al lenguaje que emplea para hablar de ETA. Justifica que el programa del PSOE incluya una mención a las expectativas de diálogo porque, según dice, "la cuestión no es si la frase es contundente, es la intención de quien la lea". "No hay expectativa, ETA ha perdido una oportunidad en este proceso", añade.
Cuando el periodista le pregunta por qué no afirma con rotundidad que va a ir "a por ellos", Zapatero explica que "no forma parte de mi estilo político la exageración en las palabras ni el tono exacerbado para demostrar firmeza y fortaleza".