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INTERVENCIÓN ÍNTEGRA de Zapatero en el Comité Federal del PSOE

"Compañeras y compañeros, hoy debe ser un día para expresar la lógica satisfacción por los resultados que obtuvimos en las elecciones del pasado domingo.
 
Un día para reafirmar los compromisos adquiridos en la pasada campaña, los que asumimos en nuestro programa.
 
Un día para orientar nuestra política en los próximos cuatro años.
 
Debería ser un día sólo para eso y deberíamos estar todos para poder hacerlo juntos.
 
Pero falta Isaías Carrasco. Como faltan todas y cada una de las víctimas que, a lo largo de cuatro décadas, ha causado entre nosotros la sinrazón de la barbarie terrorista.
 
Quiero por ello empezar esta reunión del Comité Federal rindiéndole, rindiéndoles, un homenaje de reconocimiento y recuerdo.
 
A ellos, a sus familiares, a sus amigos y compañeros, a cuantos han defendido hasta el sacrificio las ideas de la libertad y los derechos más elementales. Siempre estarán con nosotros.
 
El pueblo español les rindió un clamoroso homenaje el pasado domingo.
 
Lo hizo volcándose con una alta participación en las urnas. Lo hizo alimentando generosamente con sus votos la vitalidad de las instituciones democráticas. Lo hizo expresando libremente su indomable voluntad.
 
Una voluntad plural, que sólo excluye a quienes practican la violencia criminal.
 
Lo dije inmediatamente después de que ETA atentara contra nuestro compañero Isaías. Sabemos que aún puede causar daño y dolor. Pero sabemos con más seguridad que ETA está ya vencida por la democracia, repudiada y aislada por nuestra sociedad. Ellos saben con certeza que no tienen otro horizonte que la cárcel y otro destino que su desaparición.
 
Nuestra democracia no admite retos de quienes se enfrentan a sus principios básicos y a sus valores más esenciales. No los ha admitido en el pasado. No los admite hoy. No los admitirá mañana, ni nunca. El domingo volvieron a dejarlo claro la inmensa mayoría de los españoles y, en especial, los ciudadanos vascos.
 
Quiero empezar por tanto rindiendo ese homenaje y haciendo un acto de reconocimiento a nuestros valientes compañeros en Euskadi que por cierto han tenido un resultado, Patxi, excelente. Habéis sabido aguantar estos cuatro años, habéis sabido sufrir, pero habéis tenido la mayor recompensa que en democracia se puede tener, y es un amplísimo respaldo y confianza de los ciudadanos de Euskadi.
 
Compañeras y compañeros, el pasado domingo obtuvimos unos excelentes resultados. Volvimos a ganar las elecciones generales. Lo hicimos con claridad. Y alcanzamos la mayoría amplia que habíamos solicitado a los españoles. Una mayoría suficiente, fuerte, sólida. La mayoría que nos permitiera, que nos va a permitir, la autonomía precisa para llevar a la práctica nuestro proyecto y nuestro programa.
 
El pasado domingo nos votaron más españoles que nunca. Más de 11.280.000 ciudadanos. Más de 250.000 que hace cuatro años. Más de un millón por encima del Partido Popular. Prácticamente 4 puntos de diferencia entre ambos. Por cierto, una buena mayoría de los ciudadanos españoles que viven en el exterior, donde hemos tenido un magnífico resultado, mi enhorabuena también a los compañeros que han trabajado de manera muy intensa. Y mi agradecimiento muy especial a todos los españoles que fuera de España nos han dado una confianza tan abrumadora.
 
Obtuvimos más de un millón de votos que el PP, prácticamente 4 puntos de diferencia con el principal partido de la oposición…. Alcanzamos el tercer mejor porcentaje de votos de las 10 elecciones generales celebradas desde 1977. Y hemos superado en más de un punto el resultado obtenido en 2004, hace cuatro años. Con ese, o incluso menor porcentaje, incluso bastante menor porcentaje, se han conseguido en el pasado tres mayorías absolutas.
 
Mejoramos nuestros resultados en 11 Comunidades Autónomas y en Ceuta y en Melilla. Y en 11 Comunidades y en las dos ciudades autónomas superamos el listón del 40% de los votos. En ninguna estamos por debajo del 30%. Hemos obtenido 5 diputados más y 7 senadores más. Nuestro grupo parlamentario en el Congreso tendrá la mayor dimensión que ha tenido nunca el primero de los grupos en una legislatura de mayoría relativa.
 
Este éxito electoral corresponde a todo el partido. Hemos vuelto a demostrar que somos un partido sólido, con una gran cohesión interna, con una gran capacidad de movilización, que se ha puesto de manifiesto de manera muy singular en esta campaña electoral, que todos la hemos vivido y todos hemos sentido, quizá como hacía muchos años.
 
Quiero agradecer de corazón el esfuerzo de nuestros compañeros y compañeras, de decenas de miles de militantes, anónimos en muchas ocasiones, que han trabajado, que han peleado, que han sudado la camiseta, que se han entusiasmado, y que tienen derecho hoy a disfrutar de la victoria, igual que todos nosotros.
 
Quiero expresaros de manera muy singular el agradecimiento a todos los que habéis competido directamente, muchos de los cuales estáis aquí. También habéis sudado la camiseta para que tuviéramos más de 11 millones de votos en estas elecciones.
Quiero mostrar mi agradecimiento muy especial a cuantos desde organizaciones externas al Partido Socialista, o desde su compromiso estrictamente personal, nos han ayudado a construir y transmitir un proyecto de progreso y progresista.
 
Agradecimiento a quienes nos han aportado desinteresadamente ideas, a quienes han debatido con nosotros y nos han empujado a que fuéramos más atrevidos. A quienes han prestado su voz a muchos de los que no la tienen en la sociedad. A quienes nos han exigido que nos acercáramos a la realidad con una mirada más cercana a la gente.
 
Agradecimiento a quienes, desde el inmenso valor de la creación artística, han dado su cara en defensa de los valores que promovemos, exponiéndose a los insultos y descalificaciones, asumiendo generosamente el riesgo cierto de las represalias profesionales.
 
Para todos ellos pido un aplauso y el reconocimiento de este Comité Federal.
 
Compañeras y compañeros, Quiero subrayaros algo que he afirmado a lo largo de la campaña electoral. Somos la fuerza política central de la democracia española. Y lo somos por muchas y por diversas razones.
Lo somos por nuestro arraigo y nuestra fortaleza en todo el territorio.
Lo somos por nuestra capacidad para integrar, por nuestra presencia equilibrada en toda España. Por contraste, el segundo partido nacional obtiene un apoyo claramente inferior al 20% en territorios como Cataluña y País Vasco.
 
Lo somos porque hemos gobernado mucho más que ninguna otra fuerza política a este país en el periodo más fecundo de su historia contemporánea: 18 de los 31 años transcurridos desde la recuperación de la democracia, a los que vamos a añadir los próximos 4.
 
Pero, sobre todo, somos la fuerza política central porque hemos protagonizado más que nadie los grandes avances que hoy configuran nuestra realidad democrática avanzada.
 
Así ha sido, desde la prolongación y gratuidad de la educación a la prestación universal de la sanidad. Desde la generalización de las pensiones a las políticas de igualdad. Desde la protección a la dependencia al reconocimiento de derechos civiles. Desde el respeto institucional a la cooperación.
 
Tenemos por delante un nuevo periodo político para consolidar esa centralidad, y lo conseguiremos dando respuesta a las nuevas necesidades de nuestra sociedad y a los problemas y aspiraciones de los españoles.
 
En el primer Comité Federal celebrado tras las elecciones que hace cuatro años habitamos ganado, afirmé que había empezado el futuro para la España abierta a la modernidad, económicamente fuerte, que invirtiera precisamente en su propio futuro.
Había llegado la hora del avance de la España social, de las políticas de solidaridad y cohesión.
 
Había empezado el futuro para el reconocimiento y respeto de la diversidad y para el diálogo institucional.
 
Era el momento de una política exterior autónoma, que saliese del desvarío de la etapa anterior y recuperase su auténtica dimensión europea. Llegaba el tiempo de la España de los nuevos derechos, digna, culta y tolerante.
 
El domingo pasado fueron mayoría los que avalaron los resultados de nuestra gestión en la consecución de estos objetivos. Fueron mayoría los que entendieron que, globalmente, la pasada había sido una Legislatura de éxito, una Legislatura fértil.
 
Fueron mayoría los que consideraron que habíamos conseguido hacer una España más fuerte; con una economía más potente y más sana, con más empleo que nunca y más estable que antes; con mejores perspectivas de futuro; más justa con las mujeres; con más derechos para todos y más ayuda y protección para los que la necesitan; empeñada en la defensa de la paz y volcada a la cooperación internacional.
 
Pero, sobre todo, volvieron a ser mayoría los que votaron por la persistencia, por la intensificación del cambio entonces emprendido.
 
Como partido hemos asumido una gran responsabilidad. Los españoles nos han puesto en nuestras manos esa profundización del cambio.
 
Han puesto en nuestras manos llevar a España a la segunda década del siglo XXI y situarla en las mejores condiciones en un mundo cada vez más abierto, más competitivo.
Un mundo que afronta grandes desafíos globales, desde el cambio climático y la provisión de energía suficiente y segura a la proliferación del terrorismo y el crimen organizado; desde los intensos movimientos de población al reto del hambre y la pobreza; desde las amenazas de los fundamentalismos y de los totalitarismos a los riesgos para la paz.
 
Los españoles han puesto en nuestras manos tener voz propia en ese mundo en cambio y globalizado. Y nosotros tenemos que corresponder a esa gran confianza siendo un ejemplo a imitar por nuestra modernidad y por los valores que defendemos para esa sociedad global.
 
Tenemos que corresponder a esa gran confianza creando oportunidades de progreso para todos, apoyando a los que lo merecen por el esfuerzo que realizan, ayudando a los más débiles.
 
Tenemos que corresponder a esa confianza alcanzando el pleno empleo, rebajando su temporalidad, asegurando la plena incorporación de las mujeres, consiguiendo que sea realidad la igualdad salarial para el mismo trabajo, tal y como desea la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres de la cual se cumple hoy un año desde su aprobación.
 
Tenemos que dar respuesta inmediata a esa confianza activando ahora la economía en este periodo de desaceleración, que esperamos sea limitado en el tiempo y en sus efectos, y de tránsito a un nuevo modelo de crecimiento más sostenible y de mayor calidad; aumentando la protección a quienes lo necesiten y facilitando su reconversión laboral por medio de la formación.
 
Tenemos que conseguir todo eso por medio del diálogo social, acompañados o acompañando a los interlocutores sociales, a los empresarios y a los representantes de los trabajadores. Esa ha sido una clave decisiva del éxito de los pasados cuatro años. Y es una clave estratégica para conseguir nuestros objetivos en los próximos cuatro: progreso, modernización, ayuda y protección, paz social.
 
Quienes nos han votado, y el conjunto de los españoles, esperan de nosotros que cumplamos nuestras promesas de subir las pensiones, fortalecer la educación y la sanidad, ayudar a los jóvenes a encontrar empleo y vivienda, mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y el bienestar de todos.
 
Tenemos que gobernar con la determinación necesaria para contribuir a la prevención del cambio climático. Tomar decisiones en la dirección del desarrollo sostenible, especialmente exigentes en un país que como el nuestro está entre los más expuestos a sus efectos irreversibles.
 
Estamos en condiciones de alcanzar por una vez, por primera vez en la historia, la media europea en esfuerzo en investigación, desarrollo e innovación.
Estamos comprometidos con mejorar la educación y prolongar la formación de nuestros jóvenes, conseguir que nuestras universidades se sitúen entre las mejores, y disponer de los profesionales más competentes.
 
Y tenemos que lograr todo ello, porque ahí está nuestro futuro.
 
Tenemos la confianza para seguir respetando con plena convicción la diversidad que nos enriquece por sí misma como país. Y ha llegado la hora de poner más énfasis en la cooperación, en el Estado Autonómico, entre Gobierno central, gobiernos de las CCAA, y por supuesto administraciones locales, ayuntamientos, que han de tener un papel destacado en los próximos cuatro años.
Integraremos mejor que nunca España, desarrollando las previsiones estatutarias, cooperando institucionalmente, extendiendo los derechos y promoviendo el disfrute igual de los mismos, intensificando las políticas sociales, reduciendo las brechas territoriales.
 
La gran mayoría de los españoles nos quiere seguir viendo donde nos han visto desde 2004.
 
Plenamente comprometidos con el proyecto europeo, empujando para que Europa sea una voz potente, una referencia en el mundo, un actor global. Quieren vernos trabajando por la paz, ayudando al desarrollo de los países pobres, alcanzando en 2012 el 0,7% de ayuda al desarrollo de nuestro PIB en la cooperación, situándonos así a la cabeza entre los grandes países industrializados.
 
La práctica totalidad de los españoles quieren vernos juntos a todas las fuerzas políticas en la lucha contra el terrorismo. Contra el terrorismo de ETA y contra la amenaza del terrorismo internacional.
 
No ha sido posible en los pasados cuatro años. Pero tiene que serlo hasta la completa erradicación de la violencia criminal. Por mí y por nosotros no va a quedar. Y espero que se dé la misma predisposición en los demás.
 
Compañeras y compañeros, el pasado domingo más de 11 millones de españoles votaron las listas socialistas. Pero lo hicieron sabiendo que elegían un gobierno para todos.
 
Otros millones de españoles votaron a listas distintas. Pero también querían que quien resultara elegido gobernara para todos.
 
Nosotros nos debemos a unos y a otros. A todos. En especial a quienes más necesitan de la acción del gobierno.
 
Tenemos una mayoría sólida para gobernar con autonomía y para hacerlo en función del interés general.
 
Queremos gobernar con firmeza y valentía en los objetivos. Con sensibilidad ante los problemas, y con serenidad ante las dificultades.
 
Queremos gobernar poniéndonos al frente de todas las energías, de todas las capacidades y de todas las voluntades de nuestra sociedad.
 
Queremos gobernar con diálogo y con acuerdos. Diálogo y acuerdos sociales. Diálogo y acuerdos políticos. Diálogo, cooperación y acuerdos institucionales.
 
Queremos gobernar con los valores de la convivencia, porque vivimos juntos y tenemos un destino común como españoles.
 
Esa ha sido la forma de gobernar que hemos querido asumir siempre los socialistas. Una forma de gobernar que se corresponde con nuestra concepción de la sociedad, una concepción democrática, integradora, respetuosa de la diversidad.
 
Por ello os pido que sigamos poniendo en práctica en los próximos cuatro años nuestros valores. Contando con los ciudadanos. Escuchándoles de cerca. Sirviéndoles de voz. Manteniendo la humildad necesaria para comprender que nos debemos por completo a quienes depositan su confianza en la política. Siendo austeros en los comportamientos y contenidos en el ejercicio del poder.
 
Ese es el reto que tenemos por delante. Asumámoslo con fuerza y con la responsabilidad que nos da el amplio apoyo que hemos obtenido.
 

Quiero para terminar, compañeras y compañeros, expresaros de manera muy personal mi agradecimiento más profundo a vuestro apoyo, a vuestra confianza, a vuestra generosidad, a vuestra lealtad, que ha sido y es inmensa, que nos ha permitido tener dos victorias electorales consecutivas en las elecciones generales; haber cambiado de manera profunda el mapa político en España desde el año 2000 a nuestros días, haber vuelto al PSOE como fuerza mayoritaria, como fuerza determinante para encarar el futuro de España.

El merito es vuestro, es de todos los compañeros, y el agradecimiento mío. Muchas gracias"

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