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FADEA CONSIDERA POSITIVO EL EFECTO GLOBAL DE LA INMIGRACIÓN

La menor productividad lastra la renta per cápita de las regiones que más inmigrantes acogen

El espectacular aumento de la inmigración de los últimos años ha tenido una incidencia negativa sobre la renta per cápita de aquellas comunidades autónomas que más inmigrantes han acogido (Madrid, Valencia o Cataluña). En cambio, supone el 38 por ciento del crecimiento medio del PIB anual de toda España, según un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FADEA)

(Libertad Digital) Según un análisis elaborado por FADEA y que ha contado con la colaboración y asesoramiento del ex asesor económico de Zapatero, Miguel Sebastián, así como del secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, el espectacular aumento de la inmigración ha tenido efectos mayoritariamente positivos sobre la renta per cápita y el PIB. En cualquier caso, reconoce que aquellas comunidades que han recibido a la mayor parte de los extranjeros han reducido su renta per cápita.
 
Partiendo de un flujo inmigratorio de 600.000 nuevos inmigrantes al año "en lo que llevamos de siglo XXI", el estudio trata de evaluar el impacto directo de este flujo sobre el crecimiento de la renta per cápita durante el periodo de 2000 a 2006.
 
El análisis de FADEA concluye que el stock de inmigrantes ha pasado de 0,9 millones (el 2,2 por ciento de la población) en el 2000 a 4,7 millones de inmigrantes (el 10,5 por ciento de la población) en 2007. Un crecimiento mucho mayor que el registrado en el resto de países desarrollados, miembros de la OCDE (uno de cada diez inmigrantes que han entrado en países de esta organización han escogido España como destino).
 
Para concluir el efecto sobre la renta per cápita, este análisis estudia los efectos del incremento de la inmigración sobre la productividad, el factor demográfico y la tasa de empleo. FADEA concluye que la inmigración ejerce un efecto positivo sobre el factor demográfico ya que casi el 90 por ciento de los inmigrantes que llegan a nuestro país tienen edad de trabajar. De aquí que también haya tenido un efecto positivo sobre otro de los factores estudiados, el del empleo, con tasas superiores a la población nativa (el 68 por ciento frente al 65,5). De hecho, casi la mitad de los empleos creados entre los años 2000 y 2006 han sido ocupados por inmigrantes.
 
En cambio, la llegada masiva de inmigrantes ha afectado negativamente a la productividad y en mayor medida en aquellas regiones en las que más ha crecido el empleo (donde más inmigrantes han entrado).
 
No obstante, este estudio (asesorado por Miguel Sebastián y Carlos Ocaña), pese a que insiste en que se limita a dar datos contables, ofrece alguna explicación a estos resultados. Según dice, estima que este descenso de la productividad puede estar ocurriendo porque donde van los inmigrantes, como "consiguen bajar el coste salarial, la economía se vuelve más intensiva en el factor trabajo y por tanto cae la productividad". De no ser así, concluye que "por otro lado también es posible que en las regiones donde se han hecho cambios tecnológicos que incrementan la productividad no exista demanda de empleo para los inmigrantes que potencialmente desean entrar en España al no tener el capital humano adecuado".
 
En cualquier caso, y en términos cuantitativos, este estudio señala que para el conjunto de España el fenómeno de la inmigración ha tenido un impacto neto positivo sobre la renta per cápita de 0,05 puntos. No obstante, reconoce grandes diferencias en el análisis por regiones. En opinión de FADEA, comunidades como La Rioja, Murcia,Castilla la Mancha, Canarias y Andalucía han experimentado un efecto positivo de la inmigración mientras que otras como Madrid, Navarra, Cataluña, baleares o Aragón, el balance ha sido negativo. Para el resto de comunidades, considera que el efecto ah sido neutro.

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