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EL CÓNCLAVE COMENZARÁ EL DÍA 18

Así será elegido el nuevo Papa

Para ser elegido Papa en el Cónclave que comenzará el 18 de abril son necesarios los dos tercios de los votos de los cardenales asistentes y si después de 21 escrutinios sigue sin salir, se elegirá entre los dos más votados, pero siempre deberá lograr la mayoría absoluta de los votos.

L D (EFE) Así lo contempla la Constitución Apostólica "Universi Dominici Gregis", sobre la vacante de la Sede Apostólica y la elección del Romano Pontífice, que precisa que si se perpetra el crimen de la simonía (comprar los votos) todos los culpables serán excomulgados, pero el voto será válido. También precisa que los cardenales electores deberán abstenerse de toda forma de pactos que le puedan obligar a dar o negar el voto a otros, que si eso sucede el compromiso adquirido sería nulo y nadie estará obligado a observarlo. Los cardenales no podrán hacer capitulaciones antes de la elección.

Al Cónclave podrán asistir 117 de los 183 cardenales que forman el Colegio Cardenalicio, al tener menos de 80 años, como establece la normativa vaticana. Los 66 restantes, octogenarios, no podrán entrar en la Capilla Sixtina, lugar del cónclave, pero si podrán ser elegidos Papa. En la mañana del 18 de abril los cardenales electores se reunirán en la basílica de San Pedro para celebrar la solemne Misa votiva "Pro eligendo Papa". Por la tarde, desde la Capilla Paulina, en el Palacio Apostólico se dirigirán en procesión hacia la Capilla Sixtina, cantando el "Veni Creator", para encerrarse en cónclave, del que saldrán una vez elegido el nuevo Papa.

Todo lo que se haga o diga en la Sixtina durante el Cónclave es secreto. Para garantizar ese secretismo, unos especialistas harán controles precisos y severos para que en la capilla no sean instalados medios audiovisuales de grabación y trasmisión exterior. Llegados los cardenales electores, se procederá al juramento. Después el Maestro de Ceremonias Pontificias, el arzobispo Piero Marini, pronunciarán la frase "Extra Omnes" y todos los ajenos al cónclave saldrán de la Capilla. Abolidos los modos de aclamación y por compromiso, la elección se hará por escrutinio secreto.
 
Dos tercios de los votos

Para que sea válida la elección del Romano Pontífice se requieren los dos tercios de los votos, calculados sobre totalidad de los electores presentes. Ya en la tarde del día 18 se realizará la primera votación y en los días siguientes si la elección no ha tenido lugar habrá dos votaciones por la mañana y otras dos por la tarde. Después de tres días de escrutinios sin resultados positivos, las votaciones se suspenderán durante un día para hacer una pausa de oración y coloquio entre los votantes.

Tras ese día de pausa volverán a celebrarse otros siete escrutinios y si se sigue sin elegir Papa se efectuará otro descanso y se volverán a hacer otros siete escrutinios. Si se sigue igual, habrá nueva pausa y, de nuevo, otras siete votaciones. A partir de ese momento se pasará a elegir Papa entre los dos cardenales que en el último escrutinio hayan tenido el mayor número de votos. La normativa exige que el elegido lo sea por mayoría absoluta.

El procedimiento de escrutinio se desarrollará en tres fases: preparación y distribución de las papeletas por parte de los Ceremonieros, elección por sorteo de tres escrutadores (de entre los cardenales), de tres encargados de recoger los votos de los enfermos y de tres revisores. Las papeletas tendrán forma rectangular y llevarán escrita en la mitad superior las palabras "Eligo in Summum Pontificemn", mientras que en la parte inferior habrá un espacio en blanco para escribir el nombre del elegido. Cada cardenal escribirá el nombre elegido con caligrafía lo más irreconocible posible y pondrá sólo uno, ya que de figurar más, el voto sería nulo.

Voto jurado

Una vez escrito el nombre, cada cardenal llevará su papeleta, de forma bien visible, hasta la urna. Delante de los escrutadores pronunciará el juramento: "Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien en presencia de Dios, creo que debe ser elegido". Después colocará la papeleta en un plato y con éste la introducirá en la urna. Después vuelve a su sitio. Una vez que todos los cardenales electores hayan introducido su papeleta se procede al recuento. Si el número no correspondiera al de electores se quemarán inmediatamente y habrá una segunda votación.

Una vez elegido, el Cardenal Decano, Joseph Ratzinger, en nombre de todo el colegio pide su consentimiento al elegido con las palabras: "¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?". Una vez dado el consentimiento se le pregunta cómo quiere ser llamado y después el Maestro de Ceremonias levanta acta. Finalmente se anunciará al mundo: "Habemus Papam". En esta ocasión lo hará el cardenal chileno Jorge Medina Estévez, que es el purpurado protodiácono.

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