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Norberto Rivera Carrera

Norberto Rivera Carrera, pese a sonar en algunas quinielas, no cuenta en su biografía con rasgos que permitan pensar en él como un fuerte candidato. Es de los más jóvenes y no alcanza las alturas de otros como teólogo, pese a su buena formación. Tiene en su favor su experiencia pastoral en Méjico, que llamó la atención de la curia romana. Pero carece de la experiencia internacional que tanto se valora hoy en el Vaticano.

Norberto Rivera Carrera. Nace en La Purísima, Tepehuanes, perteneciente a la diócesis de Durango, en Méjico, el 6 de junio de 1942. Se metió en el seminario de Durango, pero no se ordenaría allí, sino en Roma en el año 1966. Ingresa en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, por la que tantos cardenales han pasado, en la que se licencia en teología. De 1967 a 1985, se dedica a la labor pastoral en Río Grande, en el Estado de Zacatecas, donde Rivera Carrera sería miembro de la facultad del seminario y prefecto de disciplina. Fundó el movimiento “Jornadas de Vida Cristiana”, de la que fue asistente eclesiástico. También fue asistente diocesano de Movimiento Familiar Cristiano, y de la Acción Católica para Jóvenes.
 

Es esa una época en la que se encarga asimismo de varias tareas, relacionadas con la labor pastoral. En 1982 es miembro de la facultad de la Universidad Pontificia de Méjico, hasta el año 1985. Del mismo modo, desde 1983 y hasta 1985 es secretario ejecutivo del cuidado pastoral para la familia, de la Comisión Episcopal para el Apostolado Laico. Es en 1985 cuando se convierte en obispo de Tehuacan. Realiza una eficaz labor, poniendo orden en la formación de los sacerdotes del país, en un momento en que la llamada Teología de la Liberación ejerce gran influencia. Es en esta época en la que Rivera Carrera destaca por su seriedad, tranquilidad y decisión, con la que guía los pasos de la Iglesia Católica en Méjico, en unos años muy difíciles para ella.

Diez años más tarde, ya en 1995, es promovido a la Sede Primada de Méjico, nombramiento tras el cual recibiría la birreta roja, en 1998. Norberto Rivera Carrera se ha manifestado por una línea sencilla, que apuesta por la caridad y la castidad del clero.

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