Es esa una época en la que se encarga asimismo de varias tareas, relacionadas con la labor pastoral. En 1982 es miembro de la facultad de la Universidad Pontificia de Méjico, hasta el año 1985. Del mismo modo, desde 1983 y hasta 1985 es secretario ejecutivo del cuidado pastoral para la familia, de la Comisión Episcopal para el Apostolado Laico. Es en 1985 cuando se convierte en obispo de Tehuacan. Realiza una eficaz labor, poniendo orden en la formación de los sacerdotes del país, en un momento en que la llamada Teología de la Liberación ejerce gran influencia. Es en esta época en la que Rivera Carrera destaca por su seriedad, tranquilidad y decisión, con la que guía los pasos de la Iglesia Católica en Méjico, en unos años muy difíciles para ella.
Diez años más tarde, ya en 1995, es promovido a la Sede Primada de Méjico, nombramiento tras el cual recibiría la birreta roja, en 1998. Norberto Rivera Carrera se ha manifestado por una línea sencilla, que apuesta por la caridad y la castidad del clero.