L D (EFE) Nadal y Blake ofrecieron un primer set muy igualado y hasta el cuarto juego no se produjo la primera rotura de servicio. Fue el estadounidense el primero en aprovechar su oportunidad y en un momento de desconcierto del español colocó el 3-1 a su favor.
Sin embargo, Rafael Nadal no se descompuso por este contratiempo y en el siguiente fue él quien se hizo con el servicio de su rival para devolver la igualdad en el marcador. Pudo, en su siguiente oportunidad, volver a romper el servicio a Blake, pero este, casi contra las cuerdas, logró controlar la situación y mantenerse.
Cuando parecía que la manga se iba a resolver en el desempate, Rafael vivió uno de los peores momentos de juego del partido y cedió el parcial para que el estadounidense se apuntara el set por 7-5. En el siguiente las cosas no cambiaron demasiado. Aunque parecía en sus primeros compases que por fin iba a llegar la ansiada reacción del jugador español, todo quedó en nada ante la imposibilidad de Nadal de encontrar sus golpes ganadores o, por lo menos, la forma de descomponer el tenis del estadounidense.
James Blake supo, por el contrario, aprovechar las debilidades mostradas por Nadal para romperle el servicio. Fue en el octavo juego cuando el estadounidense dio el gran paso hacia la final contra Federer al hacerse con el juego y colocar el 5-3 a su favor. El siguiente fue ya casi de trámite y el norteamericano aprovechó perfectamente su primera bola de partido para ganar por 6-3.