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Bono acapara las portadas

Mientras apura sus últimas horas como ministro de Defensa, José Bono ha querido despedirse como cuando entró en el Gobierno: a lo grande. Por primera vez desde hace mucho tiempo un ministro es entrevistado en los cuatro periódicos nacionales. En las portadas de ABC, El Mundo, El País y La Razón es inevitable no encontrarse con alguna frase de Bono. Una despedida mediática para el ministro más popular del Gobierno de Zapatero.

Mientras apura sus últimas horas como ministro de Defensa, José Bono ha querido despedirse como cuando entró en el Gobierno: a lo grande. Por primera vez desde hace mucho tiempo un ministro es entrevistado en los cuatro periódicos nacionales. En las portadas de ABC, El Mundo, El País y La Razón es inevitable no encontrarse con alguna frase de Bono. Una despedida mediática para el ministro más popular del Gobierno de Zapatero.
En el diario ABC:
 
  • He hablado muy claro toda mi vida: de ETA, del Estatuto y de todo cuanto me han pedido mi opinión. Otra cosa no habré hecho pero llamar asesinos a los etarras y secuestrador a Otegi es algo que puede usted comprobar en cualquier hemeroteca.
 
  • Entré en el Partido Socialista hace 37 años. He sido estudiante rebelde, abogado contra la Dictadura, diputado a Cortes, Presidente de Castilla-La Mancha y Ministro. No puedo pedir más. Estoy en deuda con los ciudadanos por la confianza y el afecto que me han dispensado. El mismo Zapatero ha dicho que Bono se va porque quiere y que si quisiera seguir podría hacerlo.
 
  • Volvería a pedir mi ingreso en el Partido Socialista, volvería a compatibilizar mi fe y mis ideas. Volvería a presentarme a Castilla-La Mancha. He ganado amigos y tengo la sensación de haber hecho algo por mis semejantes. He perdido el miedo al fracaso y he perdido la timidez que me impedía hablar en público por miedo a equivocarme.
 
  • Algunos piensan que Dios es de derechas y que además tiene el carnet del PP. Les parece imposible que un socialista pueda ser cristiano. ¡Qué le vamos a hacer! En la izquierda también hay quien cree que Dios es incompatible con el progreso. Me ha costado mantener mi fe y mis ideas pero pienso seguir haciéndolo.
 
  • Aconsejaría que no crean que dimitir es el final. Después de la dimisión hay vida. Lo malo es que, si no hay dimisiones dicen que nos aferramos al poder y si alguien dimite le atribuyen motivaciones torcidas.
 
  • Quise ser Presidente del Gobierno hasta que ganó Zapatero. Esa misma tarde dije a mis seguidores que votasen al ganador.
 
  • Zapatero es más buena persona de lo que se dice y menos ingenuo de lo que algunos creen. La relación entre José Luis y yo ha crecido en lo personal y en lo amistoso hasta agigantarse en los últimos meses, sin duda ninguna. El momento en que me comunicó que aceptaba mi dimisión no sólo fue amable, sino diría que entrañable.
 
  • No es nada nuevo lo que digo: desde el punto de vista Constitucional sólo hay una nación que es España. Todo lo demás son partes apreciables de un todo.
 
  • La España en la que Aznar hablaba catalán en la intimidad es la misma en la que Piqué casi no se habla con su camarada Vidal Quadras.
 
  • Cuando vi que salía de la cárcel Otegi a cambio de dinero, lo primero que pensé es de quién será el dinero, a quién se lo habrán robado, porque casi con seguridad ese es un dinero que tiene un origen ilícito o al menos muy sospechoso.
 
  • En dos años se ha avanzado considerablemente en Defensa. Hemos subido los sueldos, hemos incrementado en el último año en 5.000 el número de soldados, se aprobó la Ley de la Defensa Nacional y por unanimidad la Ley de Tropa.
 
 
  • Soy abogado y espero encontrar trabajo en algún sitio. Si me arrepiento, iré al psicólogo y le pediré pastillas. Ahora no sólo no me da vértigo dejar la política sino que me da envidia, pero quizá dentro de un tiempo me resulte insoportable. Sería síntoma de que necesito las pastillas.
 
  • Creo que echaré de menos el debate parlamentario. Me gusta el Parlamento. Llegaron a decirme que comparecía demasiado en las Cortes y quizá fuese verdad. También echaré de menos el trato con los militares, que son gente excepcional.
En el diario El Mundo
 
  • La dimisión de un ministro de Defensa puede evocar algo grave o importante, estoy de acuerdo. En mi caso no hay gravedad, sino importancia: la que doy a la vida por encima de la política. Pero no hay que dramatizar: soy el ministro de Defensa número 426 de la Historia. Unos se van y otros vienen.
 
  • Le dije al presidente que jamás me iría con un portazo y, además, que para irme necesitaba que lo comprendiera él y lo aceptara de buen grado. He querido, sin aspavientos, compatibilizar la coherencia personal con mis principios y la lealtad al presidente.
 
  • Después de casi 30 años en la primera línea de la política se debiera entender que una persona humana, no divina, quiera poder atender a su familia, estar con sus hijos. En eso soy, modestamente, insustituible y, sin embargo, en el Ministerio siempre habrá sustitutos. Mi dimisión como ministro es un punto de inflexión en mi vida que hoy percibo como definitivo.
 
  • No me batiré con Gallardón en las elecciones de 2007. En absoluto.
 
  • En términos generales, y no referido solamente al Estatut, lo que no hubiera hecho es votar en contra de algo que me produjera importante rechazo y, a continuación, ponerme a silbar mirando hacia otro lado. Es cuestión de carácter.

 

  • Entré en política en 1969 y es evidente que ni Franco me echó de la política. ¡Como iba a echarme el Estatuto. Nadie me ha echado, me he ido por propia voluntad.

 

  • A Zapatero le he dicho con claridad y con afecto lo que pienso sobre todo lo que me ha solicitado. Por supuesto que hemos hablado del Estatuto y de lo poco que me gustan las derivas soberanistas. A usted le digo que ser claro no significa ser desleal. Más bien es al contrario: ya sabe aquello de "no pudiendo ser profundos seamos confusos". Tengo tanta lealtad al PSOE y al presidente como rechazo político a quienes predican que pagar más impuestos o haber tenido un fuero hace tres siglos otorga más derechos. Eso lo vengo diciendo desde mucho antes de ser ministro. Zapatero es un presidente que, ante mí, ha crecido en humanidad y respeto.

 

  • España es mi nación y mi patria. No soy apátrida. A medida que la vida pasa por mí, me siento cada vez más profundamente español. Siento a España en mi corazón y la llevo hasta en el tuétano mismo de mis huesos. No me da vergüenza decir que me producen emoción la bandera o el himno nacional, porque para mí representan a una nación sin cuya aportación el mundo estaría notablemente incompleto.
 
  • Me siento querido en los ejércitos. Desde el principio supe que a los militares les gusta estar bien mandados y eso exige prudencia y conocimiento de la realidad. Respecto de los ceses no creo que tenga una buena información; sólo he arrestado a quienes actuaron como si la Constitución no fuera la ley de todas las leyes.

 

  • Lo simpático es que defiendan fanáticamente la Constitución los mismos que la combatieron sin piedad. Ese milagro es mérito de una Constitución tan incluyente que incluso ha acogido a los que la denostaban.

 

  • Estoy esperanzado sobre el final de ETA y creo tener fundamento para ello. Otegi es un tipo que me produce repulsa por su pasado de secuestrador y pistolero del que no se ha arrepentido. No iría con él ni a misa. Los muertos exigen toda la dignidad y toda la justicia. Algunos vivos deberían no usar a los muertos en su provecho. Espero que gane España (en el final e ETA) y pierdan los criminales. PSOE y PP deberían estar juntos en muchos sitios. Los españoles no entenderían que la política de partido sea más importante que la política de Estado en la lucha contra los terroristas.

 

  • Sobre las palabras de Rajoy sobre el nombramiento de Rubalcaba como ministro de Interior: No es el recibimiento más cortés que puede hacerse a un ministro del Interior, pero en el fondo lo que ocurre es que a Rubalcaba le temen como a una vara verde. Espero y deseo que mejoren las relaciones.

 

  • Sobre las palabras de Conde Pumpio recomendando al Ministerio Público las nuevas circunstancias ante el comunicado de ETA: Me pareció un comentario de café más que una reflexión de un representante de la ley y del principio de legalidad. Pero la verdad es que luego aclaró lo que parecía un malentendido. Soy partidario de que se cumpla la ley en toda circunstancia. La ley no admite treguas ni atajos.

 

  • Ciertamente yo no soy nacionalista pero, aunque le sorprenda, tengo amigos nacionalistas a quienes valoro y aprecio mucho. Josu Jon Imaz es uno de ellos. Les respeto. Es evidente que yo no soy un aliado de las pretensiones soberanistas de algunos de ellos.
 
  • Gracias a Dios estoy vivo, tengo el carné de mi partido en el bolsillo, no me falta el afecto de mi presidente y la gente me saluda en la calle como si fuera de su familia ¿Qué más puedo pedir?

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