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Ivan Basso se exhibe en la primera etapa de los Alpes y acaricia el triunfo final en el Giro

La decimosexta etapa del Giro de Italia, primera del periplo de cinco días por carreteras de los Alpes, ha visto la segunda victoria de Ivan Basso en la presente edición. El corredor italiano del CSC da un pequeño repaso a sus más directos rivales al presentarse solo en la cima del mítico alto de Bondone con más de un minuto de ventaja sobre el segundo clasificado, su compatriota Gilberto Simoni (Saunier Duval). El español José Enrique Gutiérrez (Phonak) ha sido cuarto en la etapa y se mantiene segundo en la general.

La decimosexta etapa del Giro de Italia, primera del periplo de cinco días por carreteras de los Alpes, ha visto la segunda victoria de Ivan Basso en la presente edición. El corredor italiano del CSC da un pequeño repaso a sus más directos rivales al presentarse solo en la cima del mítico alto de Bondone con más de un minuto de ventaja sobre el segundo clasificado, su compatriota Gilberto Simoni (Saunier Duval). El español José Enrique Gutiérrez (Phonak) ha sido cuarto en la etapa y se mantiene segundo en la general.
L D (EFE) Basso ha invertido en los 168 kilómetros entre Rovato y Trento/Monte Bondone un tiempo de cuatro horas, 51 minutos y 30 segundos. Tras él llegaban Simoni a 1:26, Leonardo Piepoli a 1:37 y José Enrique Gutiérrez, revelación de la carrera, a 1:37 minutos. Savoldelli se dejaba 3:27, Di Luca 4:22 y Cunego 4:37 minutos.

Ahora la general queda con Basso al frente, seguido de Gutiérrez a 5:24. Luego está Savoldelli a 9:17, Simoni se va a los 9:34 y Cunego a casi catorce minutos. Diferencias que reflejan la superioridad de unos y otros. Faltan cinco etapas, cuatro de ellas de alta montaña en las que en un kilómetro subiendo, por ejemplo; el Mortirolo, se puede perder hasta media docena de minutos según la opinión de los primeros de la general.

El segundo final en alto de las cuatro programados, con final en el mítico Monte Bondone, a las afueras de la histórica ciudad de Trento, resultó menos decisiva de lo esperado, pues los primeros en la general se respetaron y los ataques brillaron por su ausencia durante muchos de los 173 kilómetros de viaje. Un conformismo del que el mayor beneficiado fue Ivan Basso, pues sus rivales no quisieron hacer dura la carrera desde la salida, en un terreno ideal para provocar cortes debido a los numerosos toboganes y carreteras estrechas y sinuosas.

Los esperados ataques brillaron por su ausencia y este conformismo lo aprovechó el colombiano Miguel Ángel Rubiano (Panaria), que se marchó en el kilómetro 34 y tuvo el visto bueno del pelotón para llevarse el protagonismo del día hasta las primeras rampas del Monte Bondone, en cuya cúspide estaba la meta final de la etapa tras 17 kilómetros de subida y rampas que llegaban hasta el trece por ciento. Miedo y respeto entre los primeros de la general en los primeros desniveles del Monte Bondone, pues nadie quería ser el primero en descubrir sus cartas, aunque desde hacía muchos kilómetros eran los corredores del equipos Saunir Duval, que lidera el italiano Gilberto Simoni, los que marcaban el ritmo a seguir.

En cabeza del grupo los españoles Rubén Lobato, Ángel Gómez y el italiano Piepoli, vencedor de la decimotercera etapa, eran los que ponían un pedaleo fuerte para ir tanteando a los rivales de su jefe Gilberto Simoni, favorito número uno en la salida de la etapa para llevarse la victoria y acercarse un poco más al líder Basso. La subida sirvió de homenaje al luxemburgués Charly Gaul, ganador del Giro de 1956 cimentando su éxito en la primera llegada de la carrera italiana a la estación alpina de Monte Bondone, habitual monte de paso en muchas ediciones del Giro. El pelotón ponía fin al protagonismo del corredor colombiano Rubiano a falta de una veintena de kilómetros, al pie del alto de Bondone donde comenzaba otra carrera muy diferente, pues los candidatos al último podio no dudaron en sacar a relucir sus tácticas.

Los primeros en salir a escena fueron los componentes del Saunier Duval con Robato y Gómez marcando un fuerte ritmo, pero al que respondían los compañeros del líder Basso, y esa guerra propició que otros corredores intentaran buscar la línea de meta desde el comienzo del puerto como fue el caso del ucraniano Gustov, compañero de Basso. Fueron los componentes del Saunier Duval de Simoni; un corredor que ha ganado en dos ocasiones el Giro, una segundo y tres tercero, los que marcaban el ritmo, una cadencia de pedaleo elevada a la que respondían los hombres del líder Basso con su fiel escudero Carlos Sastre, que le volvió a hacer una ascensión sensacional como en la octava etapa, el primer final en alto con llegada en la cima de Lanciano y en la que se puso líder.

Simoni y los suyos lo intentaban, pero no lograban ver el momento de sorprender a Basso y compañía, aunque si consiguieron sacar a relucir las debilidades de otros candidatos al podio casos de los italianos Di Luca y Savoldelli ganador del último Giro. Una subida que tuvo claro color español, pues para Simoni eran Rubén Lobato y Ángel Gómez los que más trabajaban junto a Piepoli; en el equipo de Basso primero Cuesta y luego Sastre lo arropaban perfectamente y con el italiano Savoldelli, ganador de la última edición, eran Beltrán y Rubiera los que le guardaban la espalda para que no perdiera la estela de sus enemigos.

Al final Simoni se iba en busca del objetivo que se había marcado en la salida, la victoria e intentar arañar segundos al líder. No lo logró, pues Basso demostró que se encuentra en un momento dorado de forma y respondió con seguridad a esa osadía para irse en busca de su segunda victoria en este Giro. También ganó en el alto de Lanciano donde se vistió de líder, y con ello consolidar su liderato. Así una etapa en la que Basso dejó claro que en estos momentos esta muy por encima de sus más directos rivales, pues respondió con seguridad a los pocos ataques que recibió en la ascensión al mítico Monte Bondone y cuando vio la oportunidad se fue en busca de la victoria de etapa y con ello sellar su superioridad en la carrera italiana. José Enrique Gutiérrez se mantuvo en su línea regular. Dejó que fueran los escaladores los que marcarán el ritmo y él se fijo el suyo. Es decir no intentó en ningún momento seguir la estela de Simoni y Basso en ningún momento. Táctica que le dio resultado, pues salvo con holgura el segundo puesto en la general, aunque se va a los 5:24 minutos, una diferencia que le permite soñar con el podio, pues el tercero es el ganador del pasado año Savoldelli a 9:17 minutos.

Este miércoles se disputará la décimo séptima etapa entre Termeno Tramin y la estación de esquí Plan de Coronas, de 133 kilómetros y considerada como una de las claves de la presente edición del Giro, al ser un final desconocido para la totalidad de los participantes entre ellos varios de los favoritos para el triunfo final y que la han inspeccionado antes de comenzar La carrera como es el caso del italiano Cunego. La jornada presenta un trazado nervioso y selectivo. Un comienzo con numerosos toboganes, aunque el primero puerto puntuable no llega hasta el kilómetro 90, el mítico paso de Erbe, un coloso de primera categoría, el más largo de la presente edición con 30 kilómetros de ascensión, con rampas que llegan al 10 por ciento y la media esta situada en el 5,6 por ciento.

Es un aperitivo para el terrorífico final, la ascensión a la estación de esquí de Plan de Coronas, tercer final en alto y que tiene rampas, paredes, que llegan hasta el 24 por ciento en los 17 kilómetros de ascensión de los cuales los últimos no están asfaltados al ser parte de una de las pistas de esquí.

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