L D (Europa Press) En el comunicado recuerdan que por la reforma del Código Penal del 95 se obliga al cumplimiento íntegro de penas, "sin beneficios penitenciarios de ningún tipo, sin excusas y sin subterfugios de dudosa legalidad". "Si se llegara al hipotético caso de una excarcelación -exponen en el texto-, los equipos jurídicos de la federación iniciarían cualquier acción jurídica para perseguir el presunto delito cometido, incluso si ese presunto delito fuera cometido por el propio Gobierno español. La ley es de obligado cumplimento para todos", exponen.
Las Asociaciones Autonómicas de Andalucía, Cataluña, Galicia y Comunidad Valenciana manifiestan que durante muchos años han tenido que "soportar, aguantar, acatar y obedecer" un Código Penal aprobado en 1973 y que hasta la reforma de 1995 obligaba a la excarcelación de terroristas incluso con penas milenarias. "Las víctimas hemos tenido que soportar esa situación, legal, pero al mismo tiempo no proporcional al daño causado, sin hacer ningún tipo de acto susceptible de ser relacionado con actos de rencor o de venganza. A las víctimas de los atentados entre 1973 y 1995 no se nos puede pedir más", aseguran. Por ello, exigen una aclaración de que esa negociación no significa "excarcelación alguna antes del tiempo previsto en el nuevo Código Penal".
Las víctimas antes que los asesinos
Además, estas asociaciones interpretan que esa expresión del presidente del Gobierno incluye la "utilización de recursos económicos destinados al bienestar" de los terroristas. Por ello, reclaman al Gobierno que tome con urgencia "soluciones inmediatas a los problemas médicos, jurídicos, psicológicos, económicos y de cualquier otro tipo que sufrimos las propias víctimas reales del terrorismo". "Con la exigible antelación y prioridad que merece nuestra situación frente a la de nuestros asesinos".
Según esta federación, existen muchos expedientes sin resolver "por la lenta e incongruente burocracia" y añaden que sería incomprensible que se solucionase los problemas de los terroristas antes que los de las víctimas. "Esta circunstancia ha sido práctica común, pero las víctimas reales y anónimas del terrorismo no nos hemos podido acostumbrar", denuncian.