Rouco Varela recordó cuáles son los pasos que establece la Iglesia para el perdón de los pecados y la reconciliación. El "cuadro de actitudes" pasaría por varios momentos: "reconozoco que he cometido un crimen, me arrepiento y pido perdón". Tras ello, vendría la obtención de dicho perdón. En el conflicto "interno" que tiene España, según explicó Rouco Varela, la paz sólo "se conseguiría" si se cumplen estas condiciones.
En el transcurso de la entrevista, el arzobispo se refirió al laicismo como una "vieja categoría política" que han "traído de nuevo al primer plano, al debate público sin demasiados matices". Y recordó que "las versiones más radicales las han ofrecido los grandes sistemas totalitarios" y "han acabado con la persecución religiosa". A este respecto, se refirió a la Segunda República y la historia "dolorosísima" de las persecuciones religiosas en esa época de la Historia de España. Esa historia "la habíamos resuelto", dijo en referencia a su generación, "la habíamos asimilado con un espíritu de encuentro y reconciliación", frente al reivindicación de ese periodo en el momento actual.
El cardenal reivindicó el papel que ha tenido la Iglesia católica en la conformación de España tal y como la conocemos hoy y explicó que "hay que aprender de la Historia", "sin que se oculte la de España como país central" y, al mismo tiempo, que se "anime a superar los aspectos más negativos para hacerla caminar por los senderos del tercer milenio", de "ese humanismo cristiano" con una "visión del hombre que trae paz, justicia y desarrollo". "La concepción del Estado moderno" tiene "raíces cristianas" aunque "luego se les pase por un tamiz laico", explicó. "Creo que eso no se puede olvidar y menos en este tiempo", reivindicó Rouco.
"La cultura general de España está impregnada de catolicismo", señaló el arzobispo, antes de señalar que "el mandamiento de la caridad está vigente", "empieza en el entorno próximo y recorre el camino que lleva hasta tu pueblo" y "tu patria". Y recordó unas palabras de Juan Pablo II en España, en su visita de 2003, exhortando a "mantener vivas las raíces de la fe católica" y "llevar ese proyecto al de unidad europea". También se refirió a otra frase de Benedicto XVI sobre la "dictadura del relativismo" que impera en la actualidad. "No sólo se relativizan los valores morales y las verdades elementales, sino que se quiere imponer", para que "inspiren el Derecho y la vida social", lamentó.