La ministra no ha entrado a valorar los últimos análisis de las heces encontradas en la M-501, que desprendían que eran de lince y de gato y ha dicho que "son discutibles", y ha recalcado que "aunque no haya lince, está el águila real y toda una serie de especies y espacios que están legalmente protegidos" y "de ahí la necesidad de que haya una declaración de impacto ambiental".
Narbona reconoció que la Comunidad de Madrid "ha invocado razones de seguridad desde el punto de vista de la siniestralidad vial y está en su derecho de hacerlo". Sin embargo, "serán las autoridades europeas las que, en su caso, entenderán si se está vulnerando o no la normativa europea".
Entretanto el Ministerio de Medio Ambiente está analizando "toda una serie de informes que existen sobre la posible afección en los cauces por las obras que se van a desarrollar, porque requieren una autorización de la Confederación Hidrográfica del Tajo y que daremos con las condiciones que se deriven del análisis de sus informes".
También existe "una queja presentada por la UE, que ha sido admitida a trámite, y que por tanto derivará en los próximos meses previsiblemente en la apertura de una expediente contra España", recordó Narbona. "Lo único que me permito recordar a la consejera de Transportes, Elvira Rodríguez, que ha sido ministra de Medio Ambiente, es que ella sabe muy bien que la Comisión Europea es muy exigente en materia de normas ambientales", dijo. "Elvira Rodríguez sabe que estas cosas no son secundarias y que la CE es cada vez más activa y más exigente y que puede encontrarse con una situación parecida a la del alcalde de Madrid que previsiblemente va a tener que rectificar al menos en la parte de obras de la M-30 que no han empezado todavía".