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Unas 150 personas resultan heridas en Hungría tras las protestas en contra del primer ministro socialista

La población húngara ha recibido con indignación las imágenes del recientemente elegido primer ministro, el socialista Ferenc Gyurcsány, reconociendo haber mentido para ganar las elecciones. Se han concentrado unos 10.000 manifestantes ante el Parlamento húngaro para protestar por el engaño que ha llevado al poder al Partido Socialista. Al menos 150 personas han resultado heridas. Las formaciones de centroderecha Fidesz, Partido Democristiano y Foro Democrático han solicitado su dimisión por razones éticas ya que afirman que no puede seguir en su puesto tras mentir al electorado, aunque el primer ministro ya ha declarado que no dimitirá.

La población húngara ha recibido con indignación las imágenes del recientemente elegido primer ministro, el socialista Ferenc Gyurcsány, reconociendo haber mentido para ganar las elecciones. Se han concentrado unos 10.000 manifestantes ante el Parlamento húngaro para protestar por el engaño que ha llevado al poder al Partido Socialista. Al menos 150 personas han resultado heridas. Las formaciones de centroderecha Fidesz, Partido Democristiano y Foro Democrático han solicitado su dimisión por razones éticas ya que afirman que no puede seguir en su puesto tras mentir al electorado, aunque el primer ministro ya ha declarado que no dimitirá.
L D (EFE) El primer ministro Gyurcsány, en el documento sonoro emitido por la radio pública Magyar Rádió, dijo sin ambages ante la directiva del gobernante Partido Socialista el pasado 26 de mayo en Balatonoszod, que "mentimos durante un año y medio" sobre la situación económica del país y afirmó que lo sucedido en Hungría es, en realidad, algo "nunca visto en la Unión Europea". El primer ministro también reconoció a sus correligionarios que la economía se mantuvo a flote por la "divina providencia" y "cientos de engaños". "Lo hicimos todo en secreto para que no se publicara nada antes de las elecciones", admitió Gyurcsány en la grabación.
 
Los miles de manifestantes fueron rechazados por la policía, que regó a quienes se habían concentrado para protestar por las mentiras del primer ministro socialista con gas lacrimógeno y cañones de agua a presión. La manifestación comenzó pacíficamente, pero más tarde se sumaron elementos violentos, que comenzaron a lanzar piedras sobre el Parlamento.
Los partidos de centro derecha, el conservador Fidesz, Partido Democristiano y el liberal Foro Democrático han apelado a la ética para solicitar la dimisión de Gyurcsány, tras haber mentido al electorado. La manifestación para pedir su dimisión empezó el domingo por la noche, sin que mediara una convocatoria, y los participantes son cifrados por los medios húngaros en al menos seis mil personas, mientras que la policía de momento no ha ofrecido estimaciones oficiales.

En la noche varios cientos de manifestantes se dirigieron hacia el edificio de la televisión pública, siguiendo la consigna de László Toroczkai, dirigente de una organización ultra que exigía que se leyese una proclama en directo, informó la agencia MTI. Los participantes, en su mayoría jóvenes, se enfrentaron a los agentes de las fuerzas de seguridad que custodiaban el edificio lanzando piedras, a lo que la policía respondió con gas lacrimógeno y cañones de agua a presión.

Después de la actuación policial, una gran parte de los manifestante abandonó el lugar, aunque la televisión "TV2" informó que varios policías resultaron heridos y los manifestantes incendiaron varios vehículos. Más allá de la revelación contenida en la cinta, los manifestantes han lanzado alegatos contra el programa de ajuste anunciado por el gobierno, aplicado para consolidar la economía del país y reducir el elevado déficit presupuestario del 10,1 por ciento previsto para 2006.

Gyurcsány y su gabinete fueron reelegidos en las elecciones legislativas de abril y comenzaron su mandato con el anuncio de duras medidas de ahorro para consolidar la economía del país y reducir el elevado déficit presupuestario. A su vez, está previsto que la deuda pública alcance este año el 67,9 por ciento para incrementarse al 72,7 por ciento en 2008. Para cumplir con los criterios de convergencia de la UE, el Gobierno de Budapest ha introducido nuevas cargas impositivas para poder ingresar en la fase previa al ingreso al euro (ERM II) entre 2007 y 2009 y adoptar esta moneda entre 2009 y 2011.

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