(Libertad Digital) Mariano Rajoy sostiene que la negociación con ETA es un factor que agrava el proceso de "desmantelamiento" y "marginalidad" al que José Luis Rodríguez Zapatero quiere conducir el Estado. "¿Tienen algo que ver? Es obvio que lo agrava todo", dijo este sábado el jefe de la Oposición respecto de los tratos del Gobierno con la banda terrorista.
"Preguntar a ETA cómo quieren los terroristas que sea España es el gran disparate de la negociación. España tiene que ser lo que quieran los españoles que sea, y no puede ser el fruto de un acuerdo con una organización terrorista", señaló Rajoy al clausurar la conferencia sobre Un Estado eficaz , organizada por el PP dentro de su ciclo de eventos electoralistas hacia la campaña de las Autonómicas de 2007.
Rajoy ha defendido la idea fuerza de que "nada ni nadie puede sustituir al Estado" en la prestación esencial de garantizar la igualdad de derechos y obligaciones de todos los españoles. A su juicio, su partido tiene la misión de explicar este fundamento a los ciudadanos, porque hoy impera el malentendido de que "para igualarse con los más privilegiados, para ser más, no basta con ser españoles, sino que hay que disfrazarse de nación". Campea el error de que "cuanto menos españoles parezcamos, mejor nos irá". Y por eso "se apela al privilegio, la diferencia y la desigualdad" entre ciudadanos de unas comunidades autónomas y de otras.
"Hemos de gastar toda la energía que sea precisa en corregir este malentendido y explicar a los ciudadanos que sus derechos no nacen de papeles rancios y polvorientos, sino que se derivan de la Constitución y del hecho de ser españoles", indicó Rajoy en un discurso que estuvo precedido de intervenciones de Federico Trillo y Soraya Sáenz de Santamaría.
Para el presidente del PP, "este enfermizo empeño de diferenciarse" ha producido un país "erizado con barreras de toda clase: lingüísticas, económicas, jurídicas,..." Hay, dijo, una obsesión por que "desaparezca cualquier atisbo de una política española". Pero, en su opinión, los ciudadanos "quieren políticas españolas": una "educación española", una "ley del suelo española", una "ley del agua española". En su lugar, "se les está ofreciendo 17 políticas dispersas".
Las causas de un Estado "ineficaz dentro de nuestras fronteras e irrelevante fuera de ellas", en el que se ha convertido España son: "un exceso de ingenuidad en la Transición, la imposibilidad lógica de prever todos los problemas, la influencia de los partidos nacionalistas y la llegada de Rodríguez Zapatero al Gobierno con su empeño en romper todo consenso constitucional", según enumeró Rajoy Brey.
El presidente del PP insistió en la idea de que "nada ni nadie puede reemplazar al Estado en garantizar la libertad y la igualdad de todos los españoles".
"No es posible", dijo, "que un Estado frágil defienda adecuadamente los intereses de España, tampoco en el exterior. Sólo a un suicida se le puede ocurrir que mientras el resto de naciones procura fortalecerse, a los españoles nos conviene, en cambio, que nuestra posición sea débil o caprichosa".
La alternativa: el consenso
La alternativa del PP pasa, ante todo, por recuperar el consenso de la Transición, esa "válvula de seguridad" –como lo definió– que fue el acuerdo PP-PSOE que puso "bajo control todos los riesgos". Un consenso, dijo Rajoy, que "aseguraba que las cosas jamás llegarían demasiado lejos".
"En España somos hijos del consenso. Ni siquiera cabe imaginar nuestro diseño constitucional sin el consenso", subrayó.
Una vez recuperado el consenso PP-PSOE, el líder de la Oposición considera factible hacer "retoques" en la Constitución. "Digo retocar, no estamos proponiendo una reforma constitucional, de las que exigen referéndum. Pienso en retoques parciales que no afectan a los pilares del sistema", orientó Rajoy.
La condición previa, insistió, es el acuerdo entre los dos grandes partidos nacionales. Y, de nuevo, volvió a aligerar de principios y valores esa opinión. "No es sólo por razones morales y de legitimidad", matizó, "también por razones prácticas. El consenso es indispensable y no tenemos escapatoria. Incluso cuando ganemos las elecciones, seguiremos necesitando el consenso".