(Libertad Digital) El ministro del Interior, presidente del partido gubernamental (UMP) y favorito en los sondeos a la sucesión de Jacques Chirac en Francia, Nicolas Sarkozy, ha resaltado el fracaso del llamado proceso de paz con ETA y ha enumerado los riesgos que supone negociar con los pistoleros: "La cuestión no es la de saber si se puede hablar con los terroristas, sino cómo se puede hacer, permaneciendo fiel a los valores y los ideales y sin trocar la tranquilidad por la impunidad y la seguridad por la justicia".
En un entrevista que publica este martes el diario El Mundo, el responsable francés no ha creído en el alto el fuego de ETA dada la intensa actividad que ha mantenido en Francia. Ha recordado que desde la tregua del 22 de marzo de 2006, sus fuerzas de seguridad procedieron a varios arrestos, descubrieron nueve casas en las que se refugiaban los terroristas, neutralizaron tres de sus depósitos logísticos y encontraron 63 vehículos robados y utilizados por los etarras.
Sarkozy duda mucho de este proceso de paz: "No sé si la voluntad de ETA de cortar con la violencia ha sido alguna vez sincera o si el alto el fuego era simplemente para ella un medio táctico para reorganizarse". Además, ha calificado de "indecente" que ETA diga que el atentado no acaba con el alto el fuego y ha resaltado el valor de los ciudadanos españoles antes estos atentados: "Tengo que decir que me emociono profundamente ante las grandes manifestaciones pacíficas que llenan las calles de toda España tras cada uno de estos ataques terroristas. Me emociona la forma que tiene el pueblo español de decirle a los asesinos que su cobardía no les atemoriza y que no les impedirá seguir viviendo".
Unión del Mediterráneo
El presidente del UMP quiere aprovechar su visita a España para proponer al jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, y al presidente del PP, Mariano Rajoy, la idea de una "Unión del Mediterráneo", que suponga el contrapeso de los países del sur al proyecto alargado de la UE para consensuarse políticas de inmigración y desarrollo.
Esta Unión Mediterránea tendría una "vocación de trabajar estrechamente con la UE y tener, un día, instituciones comunes con ella". Entiende que "podría organizarse en torno a una reunión periódica de sus Jefes de Estado y de Gobierno, al igual que los grandes países industrializados tienen su G8".
Entiende que las relaciones de Francia con España "son muy buenas" y ha resaltado algunos de estos aspectos: "Sin la cooperación judicial y policial que hemos puesto en marcha, no habríamos podido alcanzar resultados tan espectaculares en materia de lucha contra el terrorismo de ETA, inmigración ilegal o tráfico de estupefacientes".
En materia de inmigración, el líder de la derecha francesa ha criticado con dureza la regularización masiva de inmigrantes realizada por el presidente Zapatero y propone la creación de una "policía europea de fronteras", además de haces un esfuerzo por "unificar nuestro sistema de análisis de las demandas de asilo, imaginar consulados únicos para todos los Estados del espacio Schengen, armonizar las condiciones del reagrupamiento familiar y presentar un frente unido contra las mafias criminales de la inmigración clandestina".