(Libertad Digital) El déficit exterior de España alcanzó en 2007 los 100.000 millones de Euros, lo que equivale al 9,5 por ciento del PIB, algo que, según el servicio de Estudios de La Caixa, plantea serios interrogantes sobre la competitividad de la economía española en los mercados internacionales.
Con este informe, La Caixa analiza varios indicadores de competitividad exterior centrándose en la cuota de exportaciones en el mundo, que ha caído desde el pasado 2001, la competitividad-precio de las exportaciones, que también se ha deteriorado "significativamente", según la Caixa, y el contenido tecnológico de las exportaciones.
Según este estudio, atraer 100.000 millones de euros de financiación sería, en principio, más fácil y barato, formando parte de una unión monetaria con un PIB de 8.845 que estando fuera de ella. No obstante, reconoce que las condiciones actuales de financiación escasa dificulta el acceso a tal volumen de ahorro exterior.
Centrándonos en la primera de las variables, la cuota de las exportaciones, La Caixa señala que se ha visto truncada en los últimos cuatro años. Una caída que se ha producido tanto en el caso de las exportaciones de bienes como de servicios acentuándose especialmente en bienes.
En el caso de los bienes, la cuota media a precios corrientes, ha apasado de representar un máximo histórico en España de un 2,1 por ciento en 2003 a un 1,7 por ciento en 2006, mientras que la cuota en servicios ha pasado de un 4 por cierno a un 3,7 por ciento. En concreto, el crecimiento promedio del volumen de las exportaciones ha pasado del 8,6 por ciento en 1990-2002 al 4,1 por ciento en 2003-2007
Otra de las razones que cita la Caixa como culpable del deterioro de la cuota española ha sido el poco peso que tienen las exportaciones españolas con destino a países emergentes. Actualmente, el 70 por ciento de las exportaciones españolas van dirigidas a la Unión Europea de los 15 y una porción relativamente baja tiene como destino aquellos países que más han contribuido en los últimos años al dinamismo de las importaciones mundiales. Esto ha supuesto una mayor vulnerabilidad de la competencia con los Países de Europa Central y Oriental, de reciente adhesión a la UE.
La competitividad-precio
Basándose en dos índices calculados por la OCDE basados en el IPC y en los costes laborales unitarios (CLU) en manufacturas frente a los socios comerciales en todo el mundo, la Caixa concluye que la competitividad-precio de España se ha deteriorado también significativamente en los últimos seis años.
Según este análisis, a ello ha contribuido tanto el diferencial de inflación con nuestros socios comerciales como la apreciación del euro frente a otras monedas. Concretamente el tipo de cambio efectivo nominal para España se ha apreciado un 75 por ciento desde finales de 2001, mientras el diferencial de inflación (en base al IPC) acuulado ha estado en torno al 5 por ciento y el diferencial de aumento en CLU ha sido cercano al 12 por ciento. En conclusión, la pérdida de competitividad-precio, según estos indicadores, estaría entre un 12,5 por ciento y un 20 por ciento.
Otras instituciones como el Ministerio de Comercio utiliza otros índices basados en el IPC y en índices de valor unitario de las exportaciones (IVU, un índice de precios para las exportaciones) en relación con distintos grupos de países. Según este indicador, la pérdida de competitividad-precio media con IPC frente a la zona del euro ha sido constante desde 1998, reflejo del persistente diferencial de inflación. El deterioro del índice basado en IVU frente a la zona euro se produce de manera más notable a partir de 2004.
El contenido tecnológico de las exportaciones
La proporción de exportaciones de contenido tecnológico alto (5 por ciento en 2005, no muy diferente al valor quince años atrás) contrasta que la experiencia de otros países de nuestro alrededor. En la UE-15, por ejemplo, la proporción de exportaciones de contenido tecnológico alto alcanzaba más del 8,6 por ciento de las exportaciones en 1988 y superaba el 12 por ciento en 2005. En los casos de Grecia y Portugal, el peso de la alta tecnología ha aumentado hasta alcanzar prácticamente el nivel de España en el caso de Grecia, o susperarlo, en el caso del país luso. Especialmente destacable es el caso de Irlanda, donde las exportaciones. Con contenido tecnológico alto alcanzan cerca de un 25 por ciento del total.
En cualquier caso, La Caixa señala que, pese a estos datos, existen otros factores que pueden contribuir a explicar el aumento del déficit exterior: principalmente, el alza de los precios del petróleo, la fortaleza de la demanda interna y el débil crecimiento de los principales socios comerciales de España.
En este sentido señala que las ventas de servicios de mayor valor añadido han mejorado en los últimos años e identifica el diferencial de precios y la baja productividad como las principales dificultades para competir.