(Libertad Digital) Los datos del informe son contundentes: en el 65 por ciento de los tramos negros analizados se han detectado graves deficiencias en la protección de la vía. En un gran número de ellos los arcenes son inexistentes o demasiado estrechos; hay escalones laterales en la calzada que dificultan el control del vehículo en caso de salida de la calzada de parte del vehículo; obstáculos próximos a la vía e insuficientes guardarraíles. Aspectos determinantes para reducir siniestros si tenemos en cuenta que en el 42 por ciento de los accidentes con víctimas se produce por la salida de la vía del vehículo.
El 50 por ciento de los tramos presenta numerosos problemas con el trazado, debido, sobre todo, a cambios de rasantes innecesarios o a curvas mal diseñadas difíciles de trazar y que despiden al vehículo fuera de la calzada circulando a la velocidad permitida.
Pero una de las asignaturas pendientes de los tramos negros analizados, es el estado del firme. En uno de cada tres es malo o muy malo. Es frecuente encontrarse con asfalto viejo, parcheado, agrietado y sucio. Algo que afecta en gran medida a la adherencia de los neumáticos sobre todo con climatología adversa.
Por último, la señalización en más de un tercio de los mismos es vieja y por lo tanto ha perdido sus características de reflectancia, convirtiéndola en inútil sobre todo por la noche o en circunstancias de baja visibilidad.
Según los datos de la Dirección General de Tráfico, el 75 por ciento de los accidentes con víctimas se concentran en las carreteras convencionales. De hecho, en el año 2007 fallecieron en estas vías más de 2.000 personas. Si el mantenimiento en estas carreteras fuera el necesario podrían evitarse estas muertes.
Andalucía, la peor
Por Comunidades Autónomas, los tramos negros analizados en Andalucía son los que están más abandonados, destacando, en muchos ellos, el mal estado del firme –como en la N-435, entre Zalamea la Real (Huelva) y el enlace con la N-433–, y la poca seguridad que ofrece la vía con entradas constantes desde polígonos industriales y caminos de tierra -como en el N-432 entre Alcalá La Real (Jaén) y el límite con Granada-. Precisamente en esta última y en la N-340, entre Almuñécar y Nerja, se encuentran multitud de curvas peligrosas.
A la Comunidad Andaluza le siguen la Región de Murcia y La Rioja, cuyo único tramo analizado en cada una de ellas ha mostrado graves fallos En el primer caso, el que une Albatera en Alicante y Siscar (Murcia) en la N-340, muestra graves problemas en las travesías. En el segundo, en la N-111 entre Villanueva de Cameros y Panzares, poca seguridad en la vía por los estrechamientos de la misma y las incorporaciones peligrosas.
En Cataluña también se ha registrado otro tramo negro especialmente peligroso, concretamente en la carretera N-230 que une Vilaller con el límite Huesca-Lérida, donde se observan varios estrechamientos de carril, curvas muy cerradas y firme deficiente.
Uno de los tramos negros analizados en Aragón ha resultado especialmente peligroso. El ubicado en la N-240 y que une la antigua N-240 con el límite de Zaragoza y Huesca. El mal estado del firme y la estrechez de sus carriles dos aspectos que lo convierten en inseguro.