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Ramzi resucita en la final de 1.500 y Stefan Holm decepciona en su despedida

El bahrainí Rashid Ramzi, desaparecido durante un año tras su paso triunfal por los Mundiales del año 2005, ha regresado a la cima del medio fondo al proclamarse campeón olímpico de 1.500 con un tiempo de 3:32.94 en una jornada sin campeones carismáticos, un día después del récord mundial de pértiga de Yelena Isinbayeva, que se ha subido al podio envuelta en un mar de lágrimas.

El bahrainí Rashid Ramzi, desaparecido durante un año tras su paso triunfal por los Mundiales del año 2005, ha regresado a la cima del medio fondo al proclamarse campeón olímpico de 1.500 con un tiempo de 3:32.94 en una jornada sin campeones carismáticos, un día después del récord mundial de pértiga de Yelena Isinbayeva, que se ha subido al podio envuelta en un mar de lágrimas.

L D (EFE) Un esprint de 200 metros puso a Ramzi fuera del alcance del keniano Asbel Kiprop y del neozelandés Nicholas Willis, mientras que el francés Mehdi Baala, segundo favorito, fracasó en su intento de subir al podio y terminó cuarto. El keniano Asbel Kiprop puso un ritmo alto (56.48 en los 400). Luego se ralentizó la carrera (1:56.06 por el 800) y el grupo llegó compacto a los últimos 200 metros. Ahí Ramzi lanzó el ataque decisivo que terminó dándole la victoria pese a la progresión de Kiprop en la recta final.

Ramzi, eliminado en semifinales en Atenas 2004, quería meter miedo a sus rivales, de ahí que ya el primer día rematara su serie con un insólito esprint que le llevó a dar la última vuelta en 50 segundos y ganar con un tiempo de 3:32.89, excepcional para una primera ronda. Los apostantes pusieron todo su dinero al dorsal del bahrainí, sobre todo cuando en semifinales cayó el campeón del mundo y subcampeón olímpico, el estadounidense Bernard Lagat, que no podrá optar a una tercera medalla olímpica. Las leyes del 1.500 son inexorables y nadie, ni siquiera el gran dominador de la prueba -lo sabe Hicham El Guerruj, hoy retirado- está libre de verse envuelto en las turbulencias de la carrera más táctica del programa atlético.

Ramzi y Baala, subcampeón mundial en París 2003, partían como favoritos, y en un segundo término dos kenianos con marcas del año por debajo de 3:32, Augustine Choge (3:31.57) y Asbel Kiprop (3:31.64). La final confirmó el pronóstico respecto al bahrainí, pero no acertó con Baala.

Silnov, el tapado, da la sorpresa en salto de altura

Andrey Silnov, reclutado a última hora para el equipo olímpico de Rusia tras saltar 2,38 metros en Londres, devolvió a su país el título de altura con una marca de 2,36 que resultó inaccesible para sus adversarios, entre quienes estaba el campeón de Atenas 2004, el sueco Stefan Holm, que sólo terminó cuarto. Germaine Mason, un británico nacido en Jamaica, se colgó la plata con la mejor marca de su vida (2,34), la misma, pero con menos fallos, que el ruso Yaroslav Rybakov, tres veces plata en Mundiales, que aquí hubo de conformarse con el bronce.

La maldición de los campeones de altura, ninguno de los cuales ha podido repetir victoria en unos Juegos, afectó también a Holm. La calificación había dejado fuera al campeón mundial, el bahamés Donald Thomas, quien, no del todo recuperado de una lesión de tobillo, falló tres veces en 2,25.

El estonio Gerd Kanter añadió con una marca de 68,82 el título olímpico al mundial que había conquistado el año pasado en Osaka, privando al lituano Virgilijus Alekna de su tercer oro consecutivo en unos Juegos. La medalla de plata, con 67,82, fue para el polaco Piotr Malachowski, miembro de la pujante generación de lanzadores polacos junto a Tomasz Majewski, sorprendente ganador, el primer día, de la final de peso. Alekna sólo pudo ser tercero con 67,79.

Inesperado tropiezo de LoLo Jones

En 100 metros vallas, la estadounidense Dawn Harper aprovechó el tropezón, en el penúltimo obstáculo, de su compatriota LoLo Jones, la gran favorita, para colgarse la medalla de oro con un registro de 12.54, su mejor marca personal. Las otras medallas tuvieron destinatarias inesperadas: la australiana Sally McLellan (12.64) y la canadiense Priscilla Lopes-Schliep (12.64), que celebraron sus metales con alborozo.

La británica Christine Ohuruogu, campeona mundial de 400 metros en Osaka'07 a su regreso de una suspensión por eludir tres controles de dopaje, alargó su hegemonía mundial con el oro olímpico en 49.62 segundos, dejando a la estadounidense Sanya Richards el único consuelo del bronce. La jamaicana Shericka Williams también aprovechó el tropezón de Richards para conseguir la segunda plaza en un tiempo de 49.69.

El jamaicano Usain Bolt, autor del mejor tiempo en semifinales de 200 (20.09), atacará este miércoles su segunda medalla de oro en la que ha sido su especialidad hasta este mismo año, sólo cuatro días después de bendecir la pista del estadio Nacional de Pekín con un nuevo récord mundial de 100 (9.69). Siguiendo el ritual de gestos que ya le caracteriza antes de la salida, Bolt se empleó lo justo para mantener a raya al estadounidense Shawn Crawford, defensor del título, que prefirió no disputarle, todavía, el primer puesto.

 

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