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Ignacio Moncada

Escapar de un león

Ahora Rajoy y su equipo no van a tener ningún interés en solucionar el desaguisado que es ahora España. Les vale con no empeorarlo. Esto en cualquier momento es malo, pero en éste en concreto es catastrófico.

Decía un guía turístico de Botswana que para escapar de un león no hace falta ser muy rápido. Ni siquiera hay que correr más que el animal. Lo único que hace falta es ser un poco más rápido que el más lento del grupo. Aunque de primeras no se nos ocurra pensarlo, es evidente que cuando un león ataca a un grupo de individuos no irá a por cualquiera, sino a por el más lento. Por tanto, para sobrevivir basta con no ser el último. Una vez que haya alguien más lento, no hay incentivo para tratar de mejorar nuestra velocidad.

Resulta curioso que de esta anécdota pueda sacarse una conclusión política. Pero se puede. Y es que hay un cierto paralelismo entre el sistema de incentivos del caso anterior y el momento político que vivimos. Actualmente en España sucede algo curioso. El partido del Gobierno lo ha hecho tan rematadamente mal, y ha sido tan nítido en todas las contradicciones e improvisaciones en que ha incurrido, que hasta sus más fervorosos seguidores admiten que ha sido un completo desastre. El problema al que nos enfrentamos ahora es que cuando uno de los dos partidos lo hace tan mal, al otro partido le vale con superarlo por la mínima. Basta con hacerlo simplemente mal, sin excesos. Si Zapatero y los suyos han sido demoledores para España, al PP le vale con causar un desastre algo menor. Es el verdadero resultado de esta partitocracia hermética que nos hemos dado. Y no escaparemos de ello hasta que podamos, al menos, votar sobre listas abiertas.

Este hecho se traduce en algo muy preocupante. Y es que ahora Rajoy y su equipo no van a tener ningún interés en solucionar el desaguisado que es ahora España. Les vale con no empeorarlo. Esto en cualquier momento es malo, pero en éste en concreto es catastrófico. España necesita con urgencia una terapia de choque; requiere de profundas reformas que nos saquen de las crisis económica, política y anímica en la que estamos sumergidos. Pero la actual dirección del PP va a dejar las cosas como están, pues considera que le vale con ello. Es más, en este caso particular puede haber sorpresa de última hora. Que Rajoy, confiado en que Zapatero sea el más lento, vaya a sentarse a esperar su victoria, y mientras tanto llegue el león y se lo coma a él.

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