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Alberto Míguez

Kerry tenía un plan

Kerry conocía mal, por ejemplo, el número de soldados y el tipo de material desplegado por los aliados de la coalición, incluida Gran Bretaña y que cifró en…4.000

Si algo quedó claro esta madrugada durante el primer debate de las presidenciales americanas es que el senador Kerry conocía mal los principales dossiers internacionales a los que recurrió (Corea del Norte, Irán, Darfur, Irak, Israel, etc) para fulminar a Bush. En algunos casos dijo auténticos disparates –ignoraba, por ejemplo, el carácter multilateral de las discusiones con Corea del Norte sobre proliferación nuclear- o emitió bobadas sobre la transición en Rusia y Putin o la proliferación iraní.
 
Pero tal vez donde Kerry quedó en peor lugar fue cuando anunció que tenía un plan para retirar a las tropas americanas de Irak y que tal plan, que intentó explicar, era accesible en su página web de la red. Curiosamente las principales novedades de dicho plan coiciden con lo que minutos antes había dicho Bush sobre el método aplicable a la retirada.
 
Kerry conocía mal, por ejemplo, el número de soldados y el tipo de material desplegado por los aliados de la coalición, incluida Gran Bretaña y que cifró en…4.000. ¿Y qué decir de la asombrosa afirmación según la cual Ben Laden estaba en las montañas de Bora Bora en Afganistán y que por errores de planificación militar no pudo ser detenido o aniquilado? ¿Qué tal la cifra de 47 países que supuestamente tienen o pueden tener armas nucleares en el futuro como Irak con Saddam o Corea del Norte con Kim Il Song? ¿De dónde habrá sacado el senador tal cifra y quién la avala?
 
Kerry repitió hasta la saciedad que si llega a la presidencia convocaría una “cumbre de aliados” para resolver el problema de Irak y, de paso, recuperar las amistades con algunos de ellos. Pero no dijo ni quienes eran esos aliados, ni cuando ni cómo se haría la cumbre. Daba la impresión que ignoraba la convocatoria de la cumbre árabe en El Cairo sobre el mismo tema o la reunión de Japón sobre inversiones, que le recordó Bush.
 
No todo fue ignorancia o error, naturalmente por parte de Kerry: la acusación lanzada a Bush de que tenía un plan para la guerra en Irak pero no para la paz, fue efectiva. Como lo fue también el reproche –aceptado por el presidente- de que en los últimos años se había reducido el presupuesto para neutralizar la panoplia atómica soviética. O la advertencia de fallos gravísimos para la seguridad interior del país por falta de fondos, como, por ejemplo, que el 90% de los contenedores que llegan al país desde el extranjero no son inspeccionados.
 
El mensaje de Kerry, sin embargo, se adecuó a lo que sus fans europeos esperaban y la prueba inmediata fueron los comentarios de los “expertos” españoles en tres cadenas de televisión de alcance nacional. Todos aseguraron que el debate lo había ganado el candidato demócrata.
 
No podía ser de otro modo.

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