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Alicia Delibes

Educar para la paz

Education todayes el título de la revista que acaba de crear la UNESCO para informar al mundo entero de sus actividades en el campo de la educación. La revista será trimestral y el tema de su primer númeroEducation for War or for Peaceviene inspirado por los acontecimientos políticos de este curso escolar ya a punto de finalizar.

La ideología pedagógica que emana de las oficinas de la UNESCO es compartida por los expertos en educación más progresistas de Europa. Por eso, si se quiere “estar al día”, conviene husmear entre los papeles que se publican desde este inmenso organismo internacional. Uno de los artículos de la nueva revista está dedicado a lo que la UNESCO llama “educar para la paz” y que consistiría en la construcción de un hombre nuevo, más tolerante con las diversas civilizaciones del planeta y más “intercultural”.

Para emprender esta tarea de reconstrucción dicen que es fundamental controlar la actitud de los profesores, que un profesor autoritario o agresivo no será nunca un buen educador para la paz. Los expertos internacionales aconsejan la “reeducación” de los maestros y para ello, ¿qué mejor cosa que someterles a una terapia especial, una especie de psicoanálisis para que “aprendan a expresar sus propias emociones y conozcan las causas que las motivan”?.

Las oficinas especializadas en educación de la UNESCO han elaborado también una amplia guía llena de experiencias innovadoras que puede servir de modelo a los países interesados en unirse a esta noble empresa de “educar para la paz”. Como ejemplo, la nueva revista cita el caso de Trinidad y Tobago donde se les pidió a 50 profesores que hicieran una lista con sus problemas emocionales; el estudio mostró que la mayor parte de estos problemas procedían de malas experiencias infantiles y eran los causantes de las dificultades que los profesores tenían en el trato con sus alumnos.

Cuando, según las cifras que facilitan las propias oficinas de la UNESCO, ciento veinte millones de niños no tienen acceso a la enseñanza básica y uno de cada cinco no verá nunca el interior de un aula, antes de hacer psicoanálisis al profesorado quizás habría que preguntarse si no hay en el mundo necesidades más urgentes que atender. Habría que preguntar a los países de la UNESCO si no será ya el momento de parar ese escandaloso derroche de dinero público destinado únicamente a complicar la burocracia y a rizar el rizo de la pedagogía.

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