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Alicia Delibes

La selectividad se acaba

Aunque la futura ley de Universidades sea sólo un “anteproyecto” en el que nada se concreta sobre la forma de acceso a la Universidad, muchos medios de comunicación ya han dado por supuesto que asistimos a los últimos exámenes de selectividad e, incluso, aseguran que en el 2003 ya no tendrán los jóvenes que enfrentarse a tan “estresante” prueba.

Lo único realmente seguro es que el curso próximo las Universidades examinarán a la primera generación que ha recibido su enseñanza primaria y secundaria con el plan del estudios de la LOGSE. Los estudiantes de segundo de bachillerato deberán, en junio del 2002, presentarse a las PAAU, Pruebas de Aptitud para el Acceso a la Universidad, traducción que la ley socialista hizo de “selectividad”.

La Universidad lleva ya siete años realizando las nuevas pruebas de acceso para alumnos de institutos que adelantaron la implantación de la LOGSE. El procedimiento es muy parecido al de la selectividad, pero adaptado al nuevo bachillerato. Los estudiantes deberán realizar dos ejercicios, el primero sobre las materias comunes y el segundo sobre tres asignaturas propias de cada una de las ramas o modalidades.

A juzgar por los resultados del curso pasado, las asignaturas que resultan más difíciles para los alumnos que terminan la LOGSE son las de carácter científico, el 43,7 por ciento suspendió la Física, el 48,5 por ciento las Matemáticas y el 52,6 por ciento
las Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales. Unos porcentajes preocupantes si se tiene en cuenta que todos estos jóvenes cuando se presentan al examen acaban de recibir el aprobados del centro en el que han cursado sus estudios.

Las carreras científicas están necesitadas de clientela, no tiene pues mucho sentido hablar de selectividad. Si ningún examen sustituye a la selectividad podemos estar de enhorabuena, no sólo se habrá puesto fin al estrés que acompaña a nuestros muchachos en los finales de curso sino que, además, ya no tendremos motivos de preocupación, nadie se va a enterar de que cerca de la mitad de los alumnos que acaban el bachillerato son incapaces de aprobar un examen de matemáticas o de física.

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