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Carlos Semprún Maura

¿Alto el fuego?

Todos hablaban de "alto el fuego", pero unos entienden desarmar el Hezbolá, y los otros, detener a Israel.

Sin la grosería carpetovetónica y antisemita de la izquierda española y de su gobierno, las autoridades francesas mantienen su postura antiisraelí, embadurnándola de hipocresía humanitaria y onusina. Los medios, mientras, al carecer de tapujos "diplomáticos" tratan a Israel como al enemigo de siempre, casi "hereditario".

Escribo estas líneas mientras en Roma están reunidos o se van a reunir los ministros de Exteriores de 15 países, para "imponer un alto al fuego". El antiisraelí y antisemita secretario general de la ONU, Kofi Annan –que Francia considera como el único negociador válido–, se destapa una vez más, y acusa a Israel de haber matado voluntariamente a cuatro "observadores de la ONU", que cabe preguntarse qué "observaban". Además, afirma que tiene excelentísimas relaciones con Irán y Siria, y que desde luego ningún acuerdo será posible sin su aprobación. Traducido al castellano, esto significa que si se envían tropas de la ONU a la región será para apoyar al Hezbolá, y no para desarmarle.

Oí esta mañana por radio a Philippe Douste-Blazy, ministro de Exteriores, resumir la posición que Francia va a defender en Roma: Primero, alto el fuego inmediato, sin condiciones. Segundo, garantizar por todos los medios la soberanía y la seguridad del Líbano, hoy atacado. Ésta es la posición constante de Francia, precisó, como "se demostró en el caso de Irak". En realidad, lo que se demostró en el caso de Irak fue que Francia apoyaba la tiranía de Sadam Husein. Y tercero, que una vez logrado el alto el fuego, envío de tropas, pero bajo la autoridad de la ONU y de Kofi Annan. Después murmuró algunas vaguedades, como que Hezbolá debería liberar los rehenes israelíes, pero Israel también a los prisioneros libaneses, que podría discutirse el desarme de Hezbolá y dio algunos gatos por liebre más. Pero siempre insistiendo en que lo más urgente era el alto el fuego; es decir, implícitamente reconocía que lo único que le importaba era el fin de la "agresión" israelí.

Menos mal que no pueden hacer nada, salvo proferir fórmulas mágicas, y que todo depende de Washington. Es lógico que Condoleezza Rice visite Beirut y se entreviste con Mahmud Abbás para apoyar, en lo posible, a los "moderados" en la región y alzar barreras, me temo que muy frágiles, ante el terrorismo islámico y los estados agresivos como Irán y Siria. Pero eso no impide a Estados Unidos apoyar a Israel y justificar su derecho a defenderse, o sea, a seguir existiendo. Exactamente lo contrario de Francia. Todos hablaban de "alto el fuego", pero unos entienden desarmar el Hezbolá, y los otros, detener a Israel. ¡Buenas tardes, Roma!

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