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Carlos Semprún Maura

Por estas fechas...

El sábado, Le Figaro titulaba que la CIA aceptaba dar informaciones sobre los escondites de armas de destrucción masiva a los inspectores de la ONU en Irak, y ese mismo día, por la tarde, Le Monde titulaba que la CIA se negaba a dar la menor información. Estas contradicciones son frecuentes en la prensa francesa –y en la nuestra ¡no hablemos!–, porque tiene, sobre todo la de izquierda, una concepción “vudú” de la información y de la política: si se afirma una mentira repetidas veces puede convertirse en verdad. Dentro de muy poco se sabrá si la CIA ha informado o no, y es por lo tanto ridículo afirmar de antemano que no, pero Le Monde, curiosamente, apuesta por la pereza de sus lectores, pese a considerarlos como la “élite” francesa (desde luego, los taxistas o los metalúrgicos que quedan no compran Le Monde), y opina que no leen su periódico, sólo los titulares y algún suelto, y es así como su labor de desinformación se basa esencialmente en los titulares.

Una de las latas habituales de estas Pascuas es que todo el mundo habla de paz, incluso cuando no viene a cuento; es un rito y no sólo vudú. La prensa francesa (salvo la de provincias) no sale los domingos, pero sale los 25 de diciembre, y éste 25 se indigna porque Arafat, por segundo año, no pudo asistir a la misa de gallo en Belén. ¿Y qué? ¿Por qué un terrorista musulmán tendría que asistir a una misa de gallo? Es un gesto político, se dice. Pues prohibirle asistir a la misa también lo es. Como es lógico, estas navidades las plegarias por la paz se refieren sobre todo al posible ataque contra Irak. La hipocresía en este caso alcanza cimas vomitivas. Con la seudo ingenuidad bobalicona de rigor: paz para todos, pan para todos, todos somos hermanos, y tutti quanti, uno se pregunta: ¿por qué si todos somos tan buenos se ha reforzado considerablemente (salvo en Bayona) la vigilancia policial en torno a los grandes almacenes, con un férreo control de entradas y salidas, y otras medidas policiales para intentar evitar bondadosos atentados de nuestros hermanos islamistas? Además, con tanto hablar de paz, Francia se olvida que está en guerra. ¡Uy!, una guerrita a su alcanza, de andar por casa, una operación militar, casi, o neocolonialista, en Costa de Marfil. Los tres principales movimientos rebeldes, en todo caso, se han reunido y declarado que Francia era beligerante y enemiga. Yo sigo sin saber, ¿quiénes son realmente esos rebeldes?

Habrán entendido que si “me gustas tú”, no me gusta la Navidad. La prensa, la televisión , las familias, los amigos, la calle, los escaparates sufren un achaque de mal gusto y bobería, que ni siquiera matizan los lejanos recuerdos infantiles, ya que a nosotros los regalos nos los traían los Reyes Magos ¡Todavía hay clases! Pero no tengan en cuenta las manías de un viejo cascarrabias: sean buenos, pacíficos, solidarios, humanistas y, en la medida de lo posible, felices. Hasta luego.

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