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Emilio J. González

El petróleo cotiza a la baja

La Organización de Países Exportadores de Petróleo finalmente decidió recortar la producción de crudo en un millón de barriles diarios, con el fin de que su precio se mantenga dentro de la banda de referencia de los 22-28 dólares. Sin embargo, y a diferencia de la última vez en que la OPEP tomó una decisión similar, es poco probable que el precio del oro negro vuelva a dispararse.

La decisión de la Organización, que será efectiva a partir del
próximo 1 de abril, vino motivada por la caída que venía registrando
la cotización del crudo a lo largo de las últimas semanas. Los
técnicos de la OPEP y los informes de la Agencia Internacional de la Energía explican que el abaratamiento es fruto de una contracción de la demanda en los países industrializados, sobre todo en Estados Unidos.

Es posible que este factor contribuya a explicar el deslizamiento a la baja de los precios. Pero las perspectivas para la economía estadounidense, a estas alturas de marzo, son mejores que el panorama que se perfilaba a principios de año. De hecho, el
presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, dijo a mediados de febrero que lo pero de la crisis económica ya había pasado. Y las economías de la Unión Europea no muestran signos de debilidad. Por el contrario, el crecimiento parece ganar fuerza mes a mes, especialmente en Francia y Alemania. Ambos países suponen conjuntamente el 42% de la economía de los Quince.

Para completar el cuadro, los países asiáticos, con la excepción de Japón, están saliendo con fuerza de la crisis financiera y monetaria que los castigó con extrema dureza en 1998, una evolución que viene acompañada de un incremento por su parte de la demanda de petróleo.

Los problemas para sostener el precio, por tanto, se encuentran más bien por el lado de la oferta. En este sentido, es preciso señalar que el número de torres de extracción de petróleo se ha incrementado un 32,5% desde que estalló la crisis en la primavera de 1999, y se sitúa actualmente en 2.430. Más concretamente, en Estados Unidos, el número de pozos abiertos ha crecido el 71%. Y es que mientras en Arabia sólo cuesta dos dólares y medio extraer un barril de petróleo, en Alaska, el mar del Norte o la costa de Brasil el coste asciende a 16-18 dólares.

Por tanto, los precios que ha alcanzado el crudo en los últimos dos años han hecho rentables muchos pozos que antes estaban cerrados, e incluso la apertura de otros nuevos, lo que ha permitido aumentar considerablemente la oferta. Y esto se ha traducido en la caída de la cotización del crudo.

Si el objetivo de la OPEP es mantener el barril dentro de la banda de los 22-28 dólares, esos pozos seguirán abiertos, e incluso pueden abrirse otros nuevos. Desde esta perspectiva, parece poco probable que el precio del petróleo y, en consecuencia, el de la gasolina, se dispare en los próximos meses. Además, hay otras dos cuestiones a tener en cuenta. Un barril a 35 dólares puede desencadenar una crisis económica en Occidente y reducir, por tanto, sus compras de crudo.

Eso no lo quiere la OPEP. Y, por otra parte, Arabia ya tuvo muchos
problemas para sacar adelante un recorte de la producción a mediados del año pasado, como consecuencia del cual el barril se disparó hasta los 38 dólares. De hecho, Irán, que no hace más que hablar de la necesidad de poner de rodillas al diablo estadounidense, se negó de plano a firmar aquel acuerdo y los jeques árabes tuvieron que echar mano de todas sus habilidades diplomáticas para sacarlo adelante.

Por tanto, no parece muy probable que el petróleo vaya a dispararse en los próximos meses. Vamos a ver, incluso, si es capaz de mantener su cotización dentro de la banda de referencia, algo que la OPEP no tiene demasiado seguro como prueba el hecho de haber convocado una cumbre extraordinaria para mayo, con el fin de seguir atentamente la evolución de los precios.

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