Tele 5 ya ha acabado de repatriar a los concursantes de “Supervivientes”. Con más pena que gloria, en un programa soso que se presentó como “Gran final”, la “Expedición Robinson 2000” se dio por concluida el domingo. Después de 48 jornadas contadas en 13 capítulos, la cadena privada se ha librado por fin del muerto que le pasó TVE hace unos meses cuando declinó hacerse rica, pero criticada, con la versión caribeña de “Gran hermano”. A la vista de lo que ha ocurrido, ni el peligro era tanto, ni el éxito de audiencia estaba asegurado.
Hace un par de meses llevaron a Panamá a 16 jóvenes para que se pelearan por dos plátanos, traicionaran a sus amigos por un pedazo de chorizo, les picaran los mosquitos y se buscaran la vida en una isla desierta. Esta semana, ya sólo quedaban cuatro supervivientes de agradable aspecto nacidos en Galicia, Madrid, País Vasco y Cataluña. Dos chicos y dos chicas con pinta de buena gente, sanos y deportistas que, en vez de salir de una lucha titánica, parecían un anuncio de Halcón Viajes.
Por evitar el morbo y por el pinchazo de público, el programa acabó convertido en algo tan ligero que ya sólo cabía concluir de una manera absolutamente tópica y blanda: el Robinson ganaría gracias al apoyo de una robinsona fuerte porque era el que tenía más pinta de Robinson. Melena, barba y mirada clara como Kitín Muñoz, Xavi, el de Lloret, se llevó los diez millones y pudo así brindar con el cava de su tierra. Es lo que están esperando hacer los de Antena 3 cuando consigan descargar a los habitantes de “El bus”, y los manden a sus casas por Navidad.
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