La formidable resistencia de algunas teleseries de producción española, en especial “Ana y los 7”, “ Cuéntame” y “7 vidas” está animando a las cadenas a poner en marcha de nuevo la factoría de ficción, que se batía en retirada presionada por los “reality” como “Hotel Glam” y los programas con “salsa rosa”. A pesar de que en la pasada temporada cayeron varias producciones, Antena 3, que sólo ha conseguido buenas marcas con “Un paso adelante”, estrenó recientemente “Un lugar en el mundo” –que compite los domingos con “7 vidas”– y esta semana lanza “El pantano” contra “Los Serrano”, también de estreno en Telecinco.
“Un lugar en el mundo”, de la productora “Ida y vuelta”, tiene un guapo protagonista llamado Julio adornado con multitud de virtudes. Es médico neurólogo medio retirado y asesor de todo un pueblo, con lo que junta la experiencia clínica de Emilio Aragón y la del enseñante Javier Lorenzo, al que se le da un aire. La serie quiere ser familiar, así que tenemos tramas cruzadas de todas las edades, noviazgos desde los 10 a los 70 años y todo un mundo rural pero urbanita con su malvado constructor y su reformatorio con jóvenes inadaptados. Si ya llevamos tres capítulos sin que la quiten, hay que augurarle suerte, al menos hasta que el actor principal, Ginés García Millán, consiga seducir al público, y lo tiene fácil con ese perfil.
Lo de los médicos y el campo parece que es la moda de primavera, porque “El pantano” también tendrá un médico, esta vez haciendo de detective en una serie de intriga que quiere ser “Twin peaks” y puede acabar en el agua. Sobre todo si, como parece, “Los Serrano”, con Resines y señora juntando familia numerosa, y “Ana y los 7” le hacen el “sandwich”. Las teleseries de buenas intenciones y valores positivos están en auge, harta –se supone- una gran parte de la audiencia de ver ejemplos monstruosos de convivencia pagada como “Hotel Glam”.
Los mensajes de solidaridad y los valores humanos van a poner un bálsamo durante unas semanas en las que la ficción de las series competirá con los reclamos electorales, no menos ficticios. Toca ser buenos y generosos por un tiempo. La guerra casi ha terminado.
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