En una entrevista al diario El Mundo, Esperanza Aguirre ha lamentado que "haya dirigentes del PP que, debiéndole a Aznar todo, digan ahora que es un hijo de puta".
Le llamaban enano viperino,
pelele de George Bush y monigote,
cabrón, derramador de chapapote,
irresponsable, títere y cretino.
Le llamaban autócrata asesino,
imbécil, mequetrefe, pasmarote,
fascista, tontorrón de capirote,
mala persona, sórdido y mezquino.
Eso era habitual, porque la izquierda
suele arrojar vejámenes y mierda
a aquel que la derrota o la refuta.
Lo hermoso es que los suyos, desde dentro
de la derecha virgen, que ya es centro,
le estén llamando ahora hijo de puta.