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Germán Yanke

El PSOE y las dictaduras

A mi, la verdad, me da un poco de vergüenza ajena ver cómo el PSOE reacciona ante lo que le resulta incómodo. No se trata tanto del tono, sino del contenido, es decir, me resulta un tanto chocante el fondo ideológico que parece sustentar su actividad política.

Veamos un par de ejemplos de este último fin de semana. El presidente Aznar reprocha al secretario general de los socialistas falta de coraje en el rechazo a las bárbaras ejecuciones de la dictadura cubana y Zapatero, un tanto mosqueado, no le responde sólo que rechaza la dictadura de Castro sino que se refiere –como si fuese eso lo que le distingue del PP– que los militantes del PSOE –algunos, imagino– estuvieron, “con un grave coste”, contra la dictadura de Franco. El fondo ideológico al que me refiero, y que es bien poca cosa intelectualmente hablando, es utilizar a Franco como disculpa. Ahora mismo, el socialista Jáuregui escribe artículos periodísticos explicando que apoyará al PNV para que haya una ley que repare las agresiones del franquismo y parece que lo principal de la actividad parlamentaria del PSOE consiste en condenar el franquismo, remover tumbas (sólo las de un lado) y recordar el pasado. Bien, Franco como disculpa, ¿y qué? La verdad es que el PSOE tiene tanto franquismo en su seno como el PP y hasta algún oscuro ramalazo golpista. Pero, aunque no fuese así, ¿con esos mimbres espera tener una alternativa para gobernar España? De todos modos, la disculpa citada no sirve tanto para que Zapatero se oponga a Castro, sino para que el europarlamentario Martínez lo defienda en Estrasburgo y el grupo parlamentario andaluz del PSOE se niegue a condenarlo. Ese drama es el que tiene que explicar Zapatero.

Vayamos a San Sebastián. Mikel Azurmendi, uno de los fundadores de Basta Ya, formará parte, testimonialmente, de la lista del PP en la capital guipuzcoana. El enfado de los socialistas donostiarras tiene idéntico contenido intelectual –es decir, la nada– pero diferente forma. Azurmendi, según el insignificante secretario del PSOE en San Sebastián, no podía estar en otra lista porque se ha opuesto al “multiculturalismo” de la sociedad española y debería sentirse avergonzado por amparar “la política de muerte en Irak” de Aznar. Aquí, al parecer, no vale la referencia al franquismo, ya que Azurmendi lo padeció mientras Odón Elorza siempre ha remojado sus pelotas en los lagos que más tranquilidad proporcionan en cada momento. Aquí, oponerse a una dictadura es, precisamente, causa de desdoro, mientras Elorza y los suyos quieren acomodarse en la del PNV. Ese es otro drama que tiene que explicar Zapatero.

¿Creerá que le basta con referirse de nuevo a Franco?

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