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Humberto Vadillo

Bono Jejemplo

Lo que Bono hace en heroica soledad es intentar estimular el mercado inmobiliario. Tras varios años de estancamiento, Bono es, él sólo, un estímulo keynesiano. El verdadero efecto multiplicador de la economía española.

El aspecto groticómico del personaje público que es José Bono oculta un extraordinario destino trágico. Como si se tratara de un personaje de Borges, Pepe Bono se ve obligado a cumplir un destino opuesto a sus íntimos deseos y más sentidas convicciones. Y ello con un enorme desprendimiento de sí mismo. Esta certeza me fue revelada ojeando ociosamente una revista por alguien olvidada en una sala de espera. Uno de sus artículos mencionaba de pasada que la Clínica Svenson, especializada en el tratamiento de la calvicie, había detectado que desde que José Bono, de repente el penúltimo verano, volviera a su escaño luciendo espeso bosque de pelo donde antes había apenas zarzas y hojarasca el interés de los españoles por los microinjertos capilares se había disparado. La Clínica Svenson atribuía directamente al ejemplo de Bono el espectacular aumento de intervenciones de este tipo, que se habrían triplicado.

Entonces lo entendí. José Bono, fiel a la enseñanza evangélica, predica con el ejemplo más que con la palabra y ha transformado su vida en una continua catequesis vital. Cuando el presidente manchego buscó fomentar la generosidad en una sociedad que desde el Quijote peca, quizá, de ensimismamiento. De ahí su afición al improvisado regalo de relojes. Cualquiera sabe cuánto sufrimiento personal tuvo que causarle su falsa acusación de haber sido agredido en una manifestación de Víctimas del Terrorismo. Siempre ha hecho gala de españolismo y por eso, mandó eliminar el lema "A España servir hasta Morir" de la Academia de "El Talarn" en Lérida, con el aplauso de los nacionalistas, para fomentar una sana reacción ciudadana. Ese mismo proclamado amor a España no le impidió votar a favor del Estatuto Otorgado por Zapatero a Cataluña. Según sus propias palabras, le supuso "un sacrificio" votar favorablemente la Ley del Aborto pero había que dar ejemplo de disciplina y abnegación. Tampoco su catolicismo le impidió irse a comer mojicones con Zerolo a San Carlos Borromeo. Eso es espíritu de sacrificio y no lo de San Antonio en la cueva.

El último acto de abnegación de Bono lo hemos conocido gracias a La Gaceta, que lleva semanas publicando la larga lista de posesiones inmobiliarias de Bono. Un ático aquí, otro allá. Un pisito acullá. Un apartamento de ná. Una hípica. Hasta el diario presidencial, Público, se ha enganchado últimamente a la noticia. Con escasa clarividencia La Gaceta asume que Bono acumula posesiones inmobiliarias y se deja regalar muebles de lujo y deslumbrantes decoraciones por ánimo de lucro y afan de enriquecerse. ¡Se puede estar más equivocado!

Lo que Bono hace en heroica soledad es intentar estimular el mercado inmobiliario. Tras varios años de estancamiento, con el número de hipotecas firmadas decayendo de año en año, Bono es, él sólo, un estímulo keynesiano. El verdadero efecto multiplicador de la economía española. ¿Alguien se ha preguntado de dónde viene esa décima de punto que ha crecido la economía española el último trimestre? Esa décima de punto es Bono. Fíjense ustedes bien en la gráfica y verán como lo que digo es cierto. Si Obama se gastó millones de todos los ciudadanos en reactivar la economía, entrando en General Motors, participando el Citibank y dizque evitando quiebras de bancos, ¿qué de raro tiene que la tercera autoridad de España se gaste unos pocos euros en salvar constructoras, apoyar promotores, amparar decoradores, apuntalar ebanistas y patrocinar mueblistas? En definitiva, Pepe Bono va a reactivar la construcción en España. Este hombre se merece un monumento. A ver si hay suerte y Reyal Urbis se lo paga.

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