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Isabel Durán

ZP, El Egipcio y la caída del perro de Aznar

Su detención el pasado junio se encuadró en una amplia operación llevada a cabo por las policías italiana y belga que se saldó con la detención de otros 15 integristas relacionados con el Grupo Islámico Combatiente Marroquí. ¿Desiertos no muy remotos?

Me siento inmensamente feliz por la caída del Gobierno del perro de José María Aznar. En cambio, Rodríguez Zapatero ha sido muy listo al entender el valor de los árabes, e iniciar el diálogo con los marroquíes nada más ser investido presidente. Quien esto suscribe no es ningún batasuno sino Rabei Osman Sayed, alias El Egipcio, considerado el jefe intelectual de la masacre del 11-M, extraditado por el Gobierno de Italia a petición del español tras la solicitud del juez del Olmo.
 
El organizador de los atentados detenido en junio en Milán a petición de la policía española tenía el piso sembrado de micrófonos y allí habló de la matanza del corredor del Henares a discreción. Entre otras perlas, El Egipcio aseguró a otro extremista islámico en la intimidad de su apartamento milanés que los terroristas inmolados en el Leganés eran mis queridísimos hermanos y que el macroatentado era mi proyecto. Un macabro proyecto maquinado con mucha paciencia y estudio. Y de nuevo, entre las escuchas entregadas por la policía italiana a la española aparece  otro dato revelador. Los atentados los gestó en Madrid durante dos años y medio. ¡Nuevo revés para la versión oficial de Moratinos, Zapatero y sus aliados sobre los 191 muertos de Atocha! Es decir, la carnicería se había ideado a principios de 2001, antes incluso del 11-S y, por supuesto, de la guerra de Irak que no empezó hasta marzo de 2003.
 
Los hechos son sagrados y también tozudos. Lo cierto es que El Egipcio no era un desarrapado de Lavapiés (Dezcallar dixit sobre los moros del 11-M) sino un antiguo oficial del Ejército egipcio experto en explosivos, jefe de un equipo de demolición. Vivió durante más de dos años en España y fue incluso investigado por Garzón en el sumario 52/2002.  Ha sido identificado como uno de los asiduos de la casa de Morata de Tajuña donde se escondió la dinamita y se fabricaron las mochilas-bomba. Su detención el pasado mes de junio se encuadró en una amplia operación llevada a cabo por las policías italiana y belga que se saldó con la detención de otros 15 integristas relacionados con el Grupo Islámico Combatiente Marroquí. ¿Desiertos no muy  remotos?
 
En el confuso magma actual de la información sobre el 11-M estos datos objetivos aportan lucidez. En lugar de silenciarlos, el Ejecutivo, sus adláteres minoritarios radicales y sus satélites mediáticos deberían dejar de llevarse las manos a la cabeza por lo dicho por Aznar en la Comisión de no-investigación sobre el vuelco político buscado con la matanza preelectoral. 
 
Rodríguez Zapatero tiene una excelente ocasión en su comparecencia ante la Comisión para explicar su opinión al respecto. Su Gobierno ha conseguido que el considerado por el juez del Olmo como presunto cerebro del 11-M rinda cuentas ante la Justicia española. Que nadie nos venga ahora con queEl Egipcio lo niega todo. Debe investigarse y esclarecerse toda la verdad. Y que se deje de manipular, ocultar o silenciar la realidad.

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