Menú
Joan Valls

¿Los días contados de Federico?

Hace unas semanas, se fundó en Sudáfrica un partido político; el Congress of the People. En estos momentos, cuenta ya con medio millón de solicitudes de militancia. Las siglas del Congress of the People son, por cierto, Cope.

Una de las pocas ventajas de este Turno Pacífico descarado que padecemos es que pone a cada uno en su sitio casi al instante. Es tal la claridad de las palabras, los gestos y las ausencias de un Mariano Rajoy, que la doctrina del voto al PP como mal menor apenas ya la defiende nadie en público. ¿O quizá sí?

A estas alturas, la única resistencia que se observa frente a este paisaje de destrucción y complicidades es la cadena Cope y, sobre todo, Federico Jiménez Losantos. Los dos millones de seguidores de La Mañana exhiben una gran coherencia ideológica y la exigencia de un sistema democrático con una clara división de poderes. En otras palabras, España y Libertad. Pero, ¿hasta cuándo se mantendrá la cohesión? Las elecciones europeas de junio de 2009 decidirán el futuro de Rajoy, aunque también el de muchos otros. Si la denuncia diaria de Losantos se ve reflejada en forma de catástrofe electoral para el PP, el comunicador habrá trastocado los planes para que el nuevo PP herede el poder en 2012. Si eso sucede, habrá que temer una ofensiva mayor contra Losantos. Si, por el contrario, los populares logran unos resultados decentes, la desmovilización entre los seguidores de Losantos podría acelerarse, de forma que, en septiembre de 2009, la doctrina del PP como mal menor volvería a instalarse en gran parte de la resistencia actual.

¿Hay un recambio para Losantos si se da uno de estos escenarios? Lamentablemente, no se vislumbra. La sociedad española, incluso en sus grupos más exigentes, está acostumbrada al gregarismo. Normalmente, es una persona la que carga con todo el peso, hasta que se derrumba o le cortan la cabeza. Para Losantos no hay recambio; no sólo por la originalidad del personaje, sino, sobre todo, porque sus seguidores así lo han querido. Por eso, los dos millones de resistentes deberían empezar a buscar alternativas. Nunca es bueno apostarlo todo a un solo número, y menos en un país en el que los accidentes los sufren siempre los mismos.

Hace unas semanas, se fundó en Sudáfrica un partido político; el Congress of the People, que es, en realidad, una escisión del todopoderoso CNA. En estos momentos, cuenta ya con medio millón de solicitudes de militancia. Las siglas del Congress of the People son, por cierto, Cope.

Sí, somos libres, pero sólo si queremos.

En España

    0
    comentarios