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José Carlos Rodríguez

Así en La Mancha como en León

Un funcionario de tipo A gana en Castilla-La Mancha 18.814,26 euros más al año porque sí. Porque el dúo Bono-Barreda ha sido así de espléndido con el dinero de los demás.

María Dolores de Cospedal ha acabado con tres décadas de socialismo en Castilla-La Mancha. José Bono tendió una red clientelar en la región que José María Barreda ha extendido en el tiempo que ha estado en el Gobierno. Ahora viene el momento de los recortes: 1.815 millones en agosto, el 20 por ciento del presupuesto, a los que siguen otros 350 millones recientemente.

Este último recorte incluye una rebaja transitoria en la remuneración de los funcionarios del 3 por ciento por medio del recorte de los "complementos específicos", los que dependen de cada comunidad autónoma, del 10 por ciento. Yo, humildemente, le propondría a la presidenta Cospedal otra solución. En primer lugar, hacer permanentes las rebajas en los sueldos de los funcionarios. Y en segundo lugar, igualar esos complementos específicos a los que tienen los empleados públicos de una región que no es muy diferente: Castilla y León.

Pónganse en situación. Una parte de la remuneración de los funcionarios es igual para todo el territorio, y otra depende de la política de reparto del presupuesto de cada comunidad. Como recoge un informe elaborado por la Unión Sindical Obrera (USO), los funcionarios de la máxima categoría cobran todos como sueldo base anual, 23.055,72 euros. Pero en Castilla-La Mancha el complemento específico (lo que depende del gobierno regional) es de otros 23.449,86 euros, mientras que en Castilla y León es de 4.635,60. No hagan las cuentas: un funcionario de tipo A gana en Castilla-La Mancha 18.814,26 euros más al año porque sí. Porque el dúo Bono-Barreda ha sido así de espléndido con el dinero de los demás. Y lo que pagan de más a un funcionario de nivel A en su comunidad es cinco veces lo que se paga a otro en Castilla y León. En el nivel 17 es 7,4 veces más, y en el nivel 14 una relación de once a uno. Que copie Cospedal la política de remuneraciones de Aznar-Lucas-Herrera. No tema, que ahí los funcionarios no mueren de inanición por las calles.

Pero la solución no es echar democráticamente a unos golfos del poder, sino implantar el federalismo fiscal en España. Que cada región financie sus gastos sólo con lo que pueda recaudar con impuestos. En este caso, las dos políticas contrapuestas habrían llevado a impuestos mucho más bajos en Castilla y León que en Castilla-La Mancha. Los trabajadores, los empresarios, todos hubieran preferido Valladolid, Zamora, Burgos, a Toledo, Ciudad Real, Guadalajara. Y los recortes los tendría que haber hecho el propio Bono hace diez años para detener la huida del trabajo y del capital. Ah, pero tenemos un sistema que fomenta el gasto sin término, el despilfarro, el reparto del dinero público entre propios y allegados. ¿Se atreverá Mariano Rajoy a cambiarlo?

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