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Maite Nolla

Escapada joven

Citar a Esperanza Aguirre y ponerla como ejemplo casi provoca más rechazo en el PP oficial que en el socialismo. Cualquiera con sentido común vería en la Comunidad de Madrid el campo de pruebas para un futuro gobierno del PP en toda España.

Me alegra que Esperanza Aguirre pase de medir sus pasos, a medir sus golpes y que se haya decido a señalar con el dedo a los responsables de la nefasta postura del PP en materia de financiación autonómica. Señalar a Javier Arenas como el que obligó a abstenerse a todos los que querían votar en contra del nuevo sistema de financiación para nosotros, los catalanes, irrita a la dirección y alivia al votante. Pasados unos días después de las europeas, el espejismo popular de que la victoria ante Zapatero es posible con Rajoy como candidato, se desvanece, aunque la oficialidad digital del PP se haya esforzado tantísimo en decir otras cosas o en hacerlas creer, que tiene un matiz. Por cierto, se han perdido ustedes, por fortuna, un tostón de debate en el Parlament de Cataluña, de los de siempre, sobre lo de siempre y diciendo lo de siempre sobre la financiación y el estatut.

No entiendo la rabieta que provoca en muchos dirigentes del PP que se ponga a Esperanza Aguirre como ejemplo de lo que no hace la dirección nacional. En una animada conversación que mantuve hace poco con un miembro de la oficialidad, al comparar una servidora la postura del PP en el asunto de la salvación de bancos y cajas de ahorro, con lo que decía Esperanza Aguirre sobre que hay que dejar caer a ciertas entidades, el miembro de la oficialidad me reprochó siquiera que la mencionara, recordándome lo mal que, a su juicio, lo estaba haciendo en Caja Madrid. Por cierto, el cargo del PP, cuyo nombre mantengo oculto, me dijo sobre el asunto de los eventuales pactos con CIU, para justificarlos, que ellos prevén que no van a ganar por mayoría absoluta; a lo que yo contesté: sin duda.

Como les decía, citar a Esperanza Aguirre y ponerla como ejemplo casi provoca más rechazo en el PP oficial que en el socialismo. Cualquiera con sentido común vería en la Comunidad de Madrid el campo de pruebas para un futuro gobierno del PP en toda España. Es, por todo, la autonomía de mayor importancia, aunque sólo sea porque alberga a la capital de España, que ya es albergar. Es uno de los lugares donde el PP ha pasado de ser oposición en los ochenta a arrasar en el siglo XXI, y eso tendrá sus causas y podrá servir para otros sitios, donde el PP es, hoy por hoy, marginal, como en Cataluña. De aquella manera, pero se pretende que el liberalismo –de aquella manera, digo– se abra camino, y que ese camino lo abra la derecha, tradicionalmente antiliberal. Es más, ayer la vimos de escapada joven con Zapatero en el Parador de Alcalá, fomentando el buen rollo con la izquierda que tanto gusta en Génova trece.

¿Entonces? Pues pregúnteselo a los de la dirección, que a mí se me escapa.

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