Es comprensible el enfado de los comunistas catalanes acerca del dispendio de 14.065 euros con veintiséis céntimos que nos ha costado la cinta de correr que Zapatero le ha comprado a Su Majestad el Rey de España. En todo caso, y para tranquilidad de la diputada Nuria Buenaventura, siempre será mucho menor que el cabreo que los españoles arrastramos todavía por culpa del despilfarro monumental protagonizado por sus camaradas de ICV y el resto de colegas del tripartito mientras estuvieron al frente de la Generalidad catalana, que también salió de nuestros bolsillos como la cinta corredora del Rey.
En todo caso, como desde que dejaron de correr delante de los grises los rojos hacen muy poco ejercicio salvo levantar el puño y últimamente ni eso, a la diputada marxista le han pasado desapercibidas las extraordinarias características del aparato gimnástico que hemos regalado a Su Majestad, cuya salud cardiovascular Dios y Tecnogym guarden muchos años. En cuanto lea lo que el cacharro es capaz de hacer, estamos seguros de que sustituirá la pregunta malintencionada a la mesa del Congreso por una propuesta de moción para felicitar a los servicios del patrimonio nacional por su excelente adquisición.
El aparato, amigos, cuenta con el dispositivo Fast Track con Visual Set Up, que, como todo el mundo sabe, permite modificar la programación del entrenamiento sin cambiar de postura, algo que resulta muy acertado para prevenir las molestas contracturas por un Fast Track mal engranado que todos hemos padecido en alguna ocasión. Pero es que además, te subes a correr a la cinta, quiero decir que se sube Su Majestad –yo no tengo catorce mil pavos a mano-, y la maquina pone una música o proyecta vídeos más o menos estimulantes en función del estado de ánimo del usuario, lo que resulta muy de utilidad para alguien que un día puede tener una divertida reunión con ZP y otra estar obligado a acudir a un concierto de música clásica, horror máximo para cualquier fanático de las rancheras.
Sin embargo no son estas fastuosas particularidades lo que hacen de la Tecnogym Run Now la máquina más adecuada para la Corona de España. Ni siquiera sus formas, aún más dinámicas y cautivantes según el fabricante, y muy capaces de aportar a cada ambiente de palacio "una nota de intrigante diseño tecnológico" (sic). No. Lo mejor del cachivache, amigos, es que es capaz de ahorrar hasta un 40% de consumo eléctrico, en línea con la política energética de nuestro gobierno que seguramente extenderá coactivamente a todos los gimnasios de España. ¡La cinta del Rey no sólo es bonica sino sostenible y ecofriendly! Sólo le falta una mochila con cinco placas solares conectadas al motor para que el deportista la lleve a la espalda mientras corre. Y a ejercitar las lumbares, que los españoles ya lo hacemos cada mañana para pagar el artefacto.