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Juan Carlos Girauta

Vicefernández de la Percha

Hay una forma de vacío de poder que consiste en que te presida un maniquí y te vicepresida un traje-chaqueta.

Una canción cometida, creo, por Manolo Escobar, arrancaba informando: "Te llamas Rodríguez por parte de pare / te llamas Fernández por parte de mare". Demencial pero premonitoria, pues anticipó la filiación del actual gobierno. A diferencia del pare Rodríguez, la mare Fernández, hombre fuerte del gobierno, se ha venido librando de la lupa pública.

Valenciana de origen, 56 años, estudió Derecho en Madrid y se doctoró en Barcelona. Vivió los setenta en el divertido cuerpo de Secretarios Jurídicos Laborales. Con el triunfo de Felí Gonzá polí corrú (Chicho Sánchez Ferlosio dixit) deviene directora de gabinete del ministro de Justicia. Accede a la judicatura a saber cómo y obtiene una vocalía en el CGPJ. No consta si ejerció un mes, una semana o un día. A mediados de los noventa se convierte, como secretaria de estado de Justicia, en uno de los dos pilares del superministro bifronte Belloch, cabeza del Bautista, informante del diario que derribó a su gobierno, urdidor del sainete de Laos, alcalde y aceptable articulista que, según reconoce, lleva una bestia dentro. El otro pilar era Margarita Robles, jueza de verdad que se ocupó de Interior en el podrido interior del tardofelipismo y que acabó siendo vejada con el premio Sabino Arana.

Fernández es la primera española que ha presidido un Consejo de Ministros. Algo tendrá el agua cuando la bendicen: elocuencia, no; calma y sosiego en el rifirrafe parlamentario, menos. Cuestionada por carencias aquí y excesos allá, echa mano del tonto comodín feminista. Ha declarado: "Late una situación de dominación, de discriminación profunda, de modelo patriarcal que no asume el que las mujeres estemos en sociedad en condiciones de igualdad." Para estar tan dominada, sólo le veo dos varones por encima: el Rey y Rodríguez. Cuando Zaplana aludió al disfraz de la pasarela Maputo, donde desfilaron sesenta españolas cruciales para el futuro del continente negro, se organizó un desplante de género en el Congreso.

Dicen que es el miembro más trabajador del gabinete. Mientras todos se escondían del incendio de Guadalajara, trágica galería de impericia y descoordinación, ella dio la cara para ser escupida e insultada. Aflige al experto y apocado Solbes ser su vicesegundón y recibir instrucciones de complicidad en el asalto a Endesa. Pero su ropero la va a engullir.

Con tanto coordinar ministerios y hacer de presidente efectivo (el nominal ejerce de foto), no debería quedarle tiempo, pero ella roba horas al sueño para hacerse un armario imperial. Centenares de modelos, abrigos y complementos arrojan nueva luz sobre el personaje. Luz de consulta de psicólogo clínico: ¿Cuándo empezó a sentir la compulsión de estrenar ropa cada día? Otros dirán, volviendo al cancionero: "¿De dónde sacapatanto como destaca?" Hay una forma de vacío de poder que consiste en que te presida un maniquí y te vicepresida un traje-chaqueta.

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