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Lo que le espera a ZP en economía

Lo que nos tememos es que la política económica no esté a la altura de las circunstancias y que el PSOE supere sus propios resultados de 1996 con 3 millones de parados y unas arcas públicas vacías.

No escapa a nadie que la economía española se encuentra en una palpable ralentización que probablemente se agudizará en los próximos meses para convertirse en una crisis económica. Desde esta tribuna ya hemos manifestado nuestras reservas a la política económica del PSOE en la pasada legislatura y a su incapacidad de anticipar y preparar a la economía española para un cambio de ciclo tras haber recibido una herencia óptima del Gobierno de Aznar. Los resultados del pasado 9 de marzo otorgan a Rodríguez Zapatero y al PSOE la responsabilidad de gestionar el cambio de ciclo y de evitar las peores consecuencias de una crisis económica: desempleo e inflación.

Si hay algo especialmente preocupante en el Gobierno del PSOE es su incapacidad para realizar un diagnóstico objetivo o, mejor dicho, reconocer la gravedad de los datos. Bastan algunos ejemplos. Solbes, tras negarse a ello durante toda la campaña, se ha apresurado a reconocer tras las elecciones que el crecimiento económico de España estará por debajo del 2,5%. La Ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2008 se ha realizado estimando un crecimiento por encima del 3% que, según el Ministro, se mantendría hasta 2010. Las promesas de empleo por parte del PSOE eran la de mirar hacía el pleno empleo en 2008 cuando, de nuevo la tozuda realidad nos muestra una economía que ya está destruyendo puestos de trabajo. Y qué decir de la inflación; se aseguró que se reduciría el diferencial de precios con Europa y España se encuentra sumida con niveles de precios descontrolados.

Ya podemos anticipar la previsible excusa bajo la que se escudará el Gobierno del PSOE: la coyuntura internacional será la responsable de esta situación. Los elevados precios de las materias primas, la ralentización americana, etc. Sin embargo, en la crisis de 2001, España mantuvo siempre unos impresionantes niveles de crecimiento gracias a unas reformas económicas que impulsaron el empleo y el consumo. Son estas medidas las que constituyen una verdadera política anticíclica que anticipa y contrarresta una crisis exterior.

Los compromisos electorales de Zapatero no generan en absoluto desconfianza al haber incrementado los niveles de gasto público de forma más que discutible y haciendo por tanto que cualquier política de austeridad y contención de gasto sea muy difícil. La tan debatida reforma fiscal de Zapatero está aún sin líneas definidas y lo único que sabemos es que, dados los actuales niveles de inflación, es probable que la presión fiscal siga aumentando con o sin reformas.

Las familias, que ya sufren los efectos de la inflación y la pérdida de renta disponible, serán los más afectados. Medidas como la devolución de hasta 400 euros a aquellos que realizaron la declaración de la renta demuestran como no se buscará atajar los problemas reales sino escenificar un Gobierno preocupado que, paradójicamente, va a dejar a los más necesitados sin ningún tipo de compensación.

Se anticipan procedimientos concursales para constructoras, descensos de la actividad económica, incrementos del desempleo con los consiguientes problemas sociales, el petróleo y las materias primas están en niveles sin precedentes y la fortaleza del euro no va a facilitar que se corrija el gigantesco desequilibrio comercial. España, que es uno de los países más endeudados y con unas necesidades de financiación más grandes sufrirá de forma especial la crisis internacional de liquidez.

El PSOE, que ha negado cualquier mérito a la etapa de Aznar en la buena evolución económica, tendrá que gestionar una crisis que se anticipa dura y complicada y será el único responsable de cómo afecte a los ciudadanos. El tancredismo económico que ha mostrado en los pasados cuatro años, su triunfalismo inmerecido y la falta de previsión y de mesura en el gasto no nos inspira mucha confianza. Al contrario, lo que nos tememos es que la política económica no esté a la altura de las circunstancias y que el PSOE supere sus propios resultados de 1996 con 3 millones de parados y unas arcas públicas vacías.

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