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Isabel Durán

Las vergüenzas de Z

El Gobierno en funciones ha enviado a Afganistán un contingente nuevo de soldados, 36 para más señas, sin someterse a la preceptiva aprobación parlamentaria y bajo el artificio de una supuesta urgencia, no inexplicada e inexplicable.

Todavía no ha sido investido presidente del Gobierno en su segundo mandato y ya ha empezado a saltarse la ley. José Luis Rodríguez Zapatero patrocinó personalmente durante su primera legislatura la Ley de Defensa Nacional que impone la autorización previa del Parlamento para el envío de soldados españoles fuera de nuestras fronteras. Al igual que para el leonés de Valladolid el concepto de nación es "discutido y discutible", las leyes están hechas para saltárselas o manejarlas al antojo de su presidencial voluntad. Y es que el Gobierno en funciones ha enviado a Afganistán un contingente nuevo de soldados, 36 para más señas, sin someterse a la preceptiva aprobación parlamentaria y bajo el artificio de una supuesta urgencia, no inexplicada e inexplicable. Todo un ejemplo de los cuatro años próximos que nos esperan.

Por supuesto que España debe luchar contra el terrorismo en Afganistán y en donde haga falta, pero que no se engañe burdamente a los ciudadanos. España no sólo no está en el país afgano o en el Líbano poniendo tiritas, sino que desde el 8 de junio de 2004, es decir, con Zapatero ya instalado en La Moncloa, votó en la ONU a favor de que todos los países enviasen soldados a Irak para mantener allí la paz. Hace falta tener la cara como un piano para decir que la culpa de Irak la tiene el trío de las Azores y negar, como hace el PSOE, cualquier implicación en lo que allí ocurre desde entonces hasta hoy con su apoyo explícito a la resolución 1546.

Tres cuartas de lo mismo sucede con Kosovo donde el 18 de febrero pasado se ha producido una declaración de independencia unilateral y cuyo Gobierno está formado por miembros del Ejército de Liberación de Kosovo, una organización considerada terrorista incluso por el Departamento de Estado norteamericano hasta 1998. Zapatero se mostró muy valiente cuando salió a la calle en manifestaciones donde se llamaba asesinos a Aznar y a todo el PP por no haber una resolución de la ONU, en su opinión, suficientemente clara para avalar el envío de tropas al Irak de Sadam Hussein. Sin embargo, ahora la Resolución 1244 ha quedado pulverizada porque citaba expresamente "el principio de soberanía e integridad territorial de la República Federativa de Yugoslavia", algo que evidentemente se ha violado de manera flagrante. Pese a ello, Zapatero mantiene que España puede y debe mantener sus 585 soldados en Kosovo.

Ante tal violación, ZP no reconoce la independencia de Kosovo, que considera tan ilegal como la invasión de Irak al decir de Moratinos, pero mantiene nuestras tropas allí destacadas. Tanta hipocresía, tanta doble moral, tanta progresía de boquilla produce bochorno. A Zapatero le están quedando las vergüenzas al aire tras haber conseguido que España no cuente ya nada en el mundo mientras hace el ridículo por sus incongruencias de campeonato. El tablero internacional se ha complicado sobremanera debido al peligroso juego del presidente norteamericano en los Balcanes, pero el jefe del Ejecutivo español está contento porque tras las elecciones ha recibido la felicitación de George Bush. Todo un éxito de Zeta que explica por qué ahora envía los soldados a Afganistán sin el aval del Congreso que él mismo impuso, aunque haga el paripé de una votación a posteriori con dos semanas de retraso.

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