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Walter Williams

Destruyendo la libertad

El problema es que el Congreso no produce nada; todo lo que regala lo hace con el dinero de la gente. Por lo tanto, el fundamento del Estado de bienestar es la intimidación, las amenazas y la coacción implementadas mediante la violencia por parte del Cong

El Juez de la Corte Suprema Louis Brandeis nos advertía de que "el mayor peligro a la libertad proviene de las intervenciones por parte de fervorosos y bien intencionados hombres sin comprensión". La tiranía, el control arbitrario y el abuso por parte del Gobierno, siempre fue la situación normal de la humanidad. Los próceres fundadores de nuestra nación buscaban una excepción a este aspecto tan feo de la historia de la humanidad. Lamentablemente, por petición pública, estamos en proceso de regresar al pasado.

Los americanos exigen que el Congreso gaste miles de millones de dólares en subsidios agrícolas, en rescatar a empresas quebradas, en subvenciones a la educación, en seguros sociales, atención médica, medicamentos y demás elementos del Estado benefactor. El problema es que el Congreso no produce nada; todo lo que regala lo hace con el dinero de la gente. Por lo tanto, el fundamento del Estado de bienestar es la intimidación, las amenazas y la coacción implementadas mediante la violencia por parte del Congreso. Para que el Estado pueda hacer aquello que considera bueno, primero tiene que hacer daño. Debe hacer aquello que si lo realizara una persona normal, se le enviaría directamente a la cárcel.

Según un reciente reportaje del diario Washington Post, en el año 2004 había casi 35.000 lobbys en Washington, que gastaron 2.100 millones de dólares buscando los favores de la Casa Blanca, el Congreso y las agencias gubernamentales para beneficio de determinados grupos. Las campañas electorales reciben miles de millones de dólares en contribuciones. ¿Acaso usted cree que el propósito de todo ese dinero es ayudar al presidente y a los congresistas a rendir más en su trabajo de preservar, proteger y defender la Constitución? Si lo cree así habría que encerrarlo por loco. La finalidad de casi todo ese dinero es que los políticos y burócratas utilicen su poder coercitivo en favores y privilegios para beneficiar a unos pocos, a costa de todos los demás.

El inmenso poder que el Congreso ejerce sobre nuestras vidas revela el grado de corrupción que vemos en Washington. El problema de que el Congreso aprueba un torrente de favores y privilegios en beneficio de ciertos y determinados grupos es que entonces se crea lo que ninguno de nosotros quiere: controles masivos y la manipulación sobre nuestras vidas.

No hay duda de que si hoy nos preguntan si avanzamos hacia más libertad o hacia mayor control de nuestras vidas por parte del Gobierno, la lamentable realidad es la segunda. Incluso podemos haber alcanzado una situación donde esta trágica tendencia se haya vuelto irreversible.

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