LD (EFE) Al menos trece palestinos han muerto y decenas resultaron heridos este miércoles por disparos de tres misiles lanzados por helicópteros israelíes "Apache" contra una multitud de palestinos que se concentraron en la localidad de Rafah, en el sur de la franja de Gaza.
Fuentes hospitalarias afirmaron a EFE que dos de los muertos son niños y que los heridos graves ascienden a 35, de los que varios se encuentran en estado crítico. Las mismas fuentes agregaron que la mayoría de los heridos fueron alcanzados por metralla de los misiles israelíes.
El ataque aéreo se produjo cuando cientos de palestinos se concentraban cerca de la mezquita y se preparaba para salir hacia el barrio de Tel al-Sultán, que ha sido declarado en estado de sitio por el Ejército y donde este martes las tropas mataron a veinte palestinos en el marco de la operación "Arco Iris en las Nubes".
El Ejército ha cortado los suministros de electricidad y de agua en la localidad de Rafah, las más miserable de las palestinas, que cuenta con una población de 145.000 personas, de los que 87.000 son refugiados. Unas 150 casas han sido destruidas por las excavadoras del Ejercito y unas 1.200 personas han quedado sin techo, las mujeres y niños han sido alojados de colegios de Naciones Unidas y las mezquitas se encuentran abarrotadas.
El argumento que utiliza Israel para la demolición de viviendas es que sirven de parapeto para los terroristas palestinos y que bajo ellos, existen túneles que se utilizan para el tráfico de armas desde Egipto.
El ataque aéreo se produjo cuando cientos de palestinos se concentraban cerca de la mezquita y se preparaba para salir hacia el barrio de Tel al-Sultán, que ha sido declarado en estado de sitio por el Ejército y donde este martes las tropas mataron a veinte palestinos en el marco de la operación "Arco Iris en las Nubes".
El Ejército ha cortado los suministros de electricidad y de agua en la localidad de Rafah, las más miserable de las palestinas, que cuenta con una población de 145.000 personas, de los que 87.000 son refugiados. Unas 150 casas han sido destruidas por las excavadoras del Ejercito y unas 1.200 personas han quedado sin techo, las mujeres y niños han sido alojados de colegios de Naciones Unidas y las mezquitas se encuentran abarrotadas.
El argumento que utiliza Israel para la demolición de viviendas es que sirven de parapeto para los terroristas palestinos y que bajo ellos, existen túneles que se utilizan para el tráfico de armas desde Egipto.