L D (EFE) Según informó en rueda de prensa el intendente de la policía autonómica, Joan Carles Molinero, con la detención este martes de los tres presuntos dirigentes del Círculo de Estudios Indoeuropeos (CEI) se considera desarticulada la organización neonazi, a la que pertenecían una treintena de personas, mientras que la orden sólo contaba de una docena de miembros.
Los detenidos son el presidente de la organización, Ramón B.F., de 56 años y vecino de Barcelona, un miembro de la delegación del CEI en Cataluña, Carlos G.S., de 35 y de L'Hospitalet de Llobregat, y Oscar P.G., de 27 años y de Olesa de Montserrat y al que se considera responsable de la delegación. Oscar P.G es el propietario de la librería Kalki de Barcelona y había sido detenido ya el año pasado por los Mossos d´Esquadra a raíz de una intervención policial efectuada en su establecimiento en la que se incautaron numerosas publicaciones de ideología neonazi.
Molinero ha apuntado que el CEI, inscrito desde 1997 en el registro de asociaciones del Ministerio de Interior como ente cultural sin ánimo de lucro, supone "un estadio superior al de los skins que actúan en la calle" ya que constituía un referente al que acudían numerosos neonazis para obtener formación y material. Los mossos seguían desde el pasado mes de septiembre la pista de las actividades del CEI, que se financiaba a través de la venta de material neonazi, aunque se está investigando si también llegó a recibir subvenciones públicas.
El CEI constaba de un círculo externo, integrado por militantes de base y simpatizantes, y un núcleo duro denominado "La Orden", restringido y secreto, que funcionaba siguiendo el modelo de las SS alemanas, por lo que sus miembros disponían de uniformes y hasta de símbolo propio, una combinación entre la esvástica y la cruz celta. Dicha orden estaba fuertemente jerarquizada con siete niveles de mando -con sus respectivos galones-, y sus integrantes participaban en reuniones a puerta cerrada, ocasión para lucir sus uniformes, así como en excursiones y actividades culturales. De la documentación intervenida a los integrantes de la orden se deduce que estaban dispuestos a llegar a la lucha armada para defender "los valores de la raza aria", aunque por el momento no consta que estuvieran preparando ninguna acción violenta.
La Orden, cuerpo de elite al que algunos integrantes del CEI no habían podido acceder, tenía tres modelos de uniforme: uno de gala con los correspondientes galones, otro de deporte –con camisetas con el símbolo nazi– y un tercero para el combate que nunca llegaron a fabricar. Esos uniformes figuran entre el numeroso material incautado en los seis registros practicados por la policía en domicilios vinculados a la banda, entre ellos un local de Barcelona en el que tanto el CEI como la orden celebraban sus reuniones y que disponía de una tarima de orador presidida por un estandarte nazi.
También se han intervenido libros, panfletos, fotografías y símbolos nazis, entre ellos tres objetos auténticos de valor: un estandarte nazi fabricado en Berlín hacia 1937, una bandera de las SS y una daga de la época. Como artículo curioso, el juego de mesa "Golpe de Estado", una especie de Monopoly de espíritu fascista. Las actividades del CEI, que organizaba conferencias gratuitas para captar simpatizantes –y apuntaba con detalle los datos de los asistentes–, se limitan al territorio catalán, pero sus integrantes mantenían vinculaciones con grupos del resto de España. Los tres presuntos dirigentes del CEI pasarán hoy a disposición judicial acusados de un delito contra los derechos fundamentales y las libertades públicas y contra la comunidad internacional, así como asociación ilícita, por incitar a la discriminación racial y negar el holocausto judío.