L D (EFE) Se trata de una investigación judicial por "infracción del código rural" que sanciona la introducción de animales de fuera de la Unión Europea sin haber sido sometidos a un control veterinario, señaló hoy la Fiscalía.
El propietario del animal podría ser condenado hasta a dos años de cárcel y a 15.000 euros de multa, aunque la pena podría aumentar hasta cinco años de cárcel y 76.000 euros, si se produjeran "graves daños para la sanidad pública o animal. El Ministerio Público considera que en este caso se dan las circunstancias agravantes.
El dueño del animal dice que adoptó la perra, sin identificación ni vacunas, cerca de Agadir, y que la llevó en automóvil a Francia, a través de España, sin ser controlado en las fronteras, salvo por la aduana móvil española, que no se interesó por el animal. Las autoridades sanitarias francesas han lanzado una alerta para localizar a diez personas no identificadas, entre ellas tres niños, que se sabe estuvieron en contacto con la perra enferma y por tanto son susceptibles de contraer la rabia, una patología mortal una vez que se manifiestan sus síntomas.
Por el momento 49 personas, seis de ellas mordidas por la perra ya han sido tratadas a tiempo por el centro encargado del caso en Burdeos, por haber estado en contacto con el can durante las tres semanas en que su dueño lo paseó por la región de Burdeos -en particular por varios festivales de verano- hasta que murió el 21 de agosto. Además, los responsables sanitarios temen que otros perros que también se acercaron o fueron mordidos por la perra puedan haber contraído la rabia y desencadenen un contagio.
Para hacer frente a ese riesgo, se han organizado patrullas especiales de policías nacionales y locales en Burdeos y Périgueux para vigilar que los dueños de perros los llevan sujetos por una correa y tienen los correspondientes certificados de vacunación.
El propietario del animal podría ser condenado hasta a dos años de cárcel y a 15.000 euros de multa, aunque la pena podría aumentar hasta cinco años de cárcel y 76.000 euros, si se produjeran "graves daños para la sanidad pública o animal. El Ministerio Público considera que en este caso se dan las circunstancias agravantes.
El dueño del animal dice que adoptó la perra, sin identificación ni vacunas, cerca de Agadir, y que la llevó en automóvil a Francia, a través de España, sin ser controlado en las fronteras, salvo por la aduana móvil española, que no se interesó por el animal. Las autoridades sanitarias francesas han lanzado una alerta para localizar a diez personas no identificadas, entre ellas tres niños, que se sabe estuvieron en contacto con la perra enferma y por tanto son susceptibles de contraer la rabia, una patología mortal una vez que se manifiestan sus síntomas.
Por el momento 49 personas, seis de ellas mordidas por la perra ya han sido tratadas a tiempo por el centro encargado del caso en Burdeos, por haber estado en contacto con el can durante las tres semanas en que su dueño lo paseó por la región de Burdeos -en particular por varios festivales de verano- hasta que murió el 21 de agosto. Además, los responsables sanitarios temen que otros perros que también se acercaron o fueron mordidos por la perra puedan haber contraído la rabia y desencadenen un contagio.
Para hacer frente a ese riesgo, se han organizado patrullas especiales de policías nacionales y locales en Burdeos y Périgueux para vigilar que los dueños de perros los llevan sujetos por una correa y tienen los correspondientes certificados de vacunación.