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Cincuenta detenidos por su participación en la ola de ataques terroristas en Irak

La Policía iraquí ha detenido a unas cincuenta personas sospechosas de participar en la ola de atentados terroristas que en Nayaf y Kerbala han causado la muerte a más de sesenta personas. En medio de la ola de terror, los dirigentes de la comunidad chií han llamado a sus fieles a mantener la calma para evitar ataques de represalia en plena campaña electoral.

La Policía iraquí ha detenido a unas cincuenta personas sospechosas de participar en la ola de atentados terroristas que en Nayaf y Kerbala han causado la muerte a más de sesenta personas. En medio de la ola de terror, los dirigentes de la comunidad chií han llamado a sus fieles a mantener la calma para evitar ataques de represalia en plena campaña electoral.
LD (EFE) Unas cincuenta personas han sido arrestadas en Nayaf por su presunta relación con el atentado terrorista perpetrado el domingo en pleno centro de la ciudad con un coche bomba, que dejó 52 muertos y más de cien heridos.
 
Según ha explicado el gobernador de la ciudad, Adnan al Zurufi, que de acuerdo con algunas fuentes era el objetivo del atentado, entre los detenidos hay habitantes de Nayaf y de fuera de la ciudad, y al menos uno de ellos es de un país árabe que no identificó.
 
El gobernador, que había asistido previamente junto a miles de personas a los funerales por las víctimas del atentado, dijo que el tráfico va a ser prohibido a partir de ahora en las cercanías del mausoleo del Imam Ali, el lugar más sagrado de la ciudad.
 
El atentado se produjo en las cercanías del mausoleo, y se suma a otro que el treinta de julio de 2003 fue perpetrado en el mausoleo mismo, y dejó casi un centenar de muertos. Tanto el coche bomba de Nayaf como el atentado casi simultáneo que dejó catorce muertos en la otra ciudad santa chií, Kerbala, en este caso perpetrado por un terrorista suicida, son vistos como un intento de sabotear las elecciones en las zonas chiíes, que son precisamente las más dispuestas a participar en los comicios.
 
El Gran Ayatolá Ali Sistani, máxima autoridad religiosa chií y decidido partidario de las elecciones, es uno de los objetivos de los grupos insurgentes, dijo el gobernador Al Zurfi, aunque subrayó que "estamos tomando tomas las medidas necesarias para protegerlo"

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